“¡No olvidemos a Manuela Pedraza!”, pide una docente

“¡No olvidemos a Manuela Pedraza!”, pide una docente

La directora de una escuela de Amaicha del Valle recordó a la heroína

INVESTIGADORA. Zulma Nieva busca datos sobre la patriota tucumana. la gaceta / foto de Analía Jaramillo INVESTIGADORA. Zulma Nieva busca datos sobre la patriota tucumana. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
21 Mayo 2016
El entusiasmo de Zulma Nieva no pasó inadvertido entre los más de 300 asistentes al Congreso del Bicentenario de la Independencia Argentina que terminó ayer. Su devoción por Manuela Pedraza, heroína de las Invasiones Inglesas, llegó a oídos del arquitecto y disertante Alberto Nicolini; este comentó el caso de Nieva a Julio Saguir, vocal primero del Ente del Bicentenario, y aquel llamó la atención de LA GACETA y aconsejó investigar el caso. Luego de algunas averiguaciones, apareció Nieva, que es directora y maestra en un establecimiento educativo ubicado en el kilómetro 102 de la ruta 307, entre Amaicha del Valle y El Infiernillo.

La escuela de la docente se llama, justamente, “Manuela Pedraza”. Nacida en Misiones y criada en Tucumán, Nieva pasa los fines de semana y las vacaciones en Acheral, y el resto del tiempo vive en Amaicha.

Todos los días anda y desanda entre 16 y 18 kilómetros de curvas hasta Los Corpitos, el enclave donde está emplazada su institución, para atender a los 33 niños de entre tres y 11 años que estudian allí. Son chicos de Ampimpa, El Infiernillo y Los Cardones a los que Nieva inculca su afecto por Pedraza, según relata en un salón vacío del hotel Hilton Garden Inn.

“Al comienzo sólo había diez líneas sobre ella en Google. De a poco vamos reconstruyendo su biografía, aunque todavía no sabemos la fecha exacta de su nacimiento”, comentó afligida. Pero este déficit no amilana a la directora, que cada año aprovecha la efeméride de las Invasiones británicas para organizar un acto escolar en honor a la guerrera tucumana.

- ¿Por qué decidió asistir al Congreso del Bicentenario?

- Una colega me informó y enseguida me interesé porque es un año especial para mí como argentina, como tucumana, como misionera y como achelareña. Me siento descendiente de originarios, de criollos, de guaraníes, de españoles… Necesito reivindicar mi identidad y he podido sentir eso en cada ponencia de este Congreso.

- ¿Por qué estudia la historia?

- Como ciudadana tengo el deber y el derecho a saber cómo se construyó esta patria. Estoy trabajando en mi comunidad por la promoción de la independencia, que creo que está muy apagada. También quiero recordar a los ciudadanos anónimos que acompañaron a San Martín y a Belgrano: ambos son las síntesis de muchas historias y deseos que confluyeron en ellos.

Es mi historia, la de mi familia y la de la tuya. La herencia que me dejaron a mí es la patria. Nobleza obliga a informarse, a reflexionar, a pensar y a transmitir. Me siento orgullosa de pertenecer a la generación del Bicentenario.

- Más allá del nombre de la escuela, ¿a qué obedece su fanatismo por Pedraza?

- Es muy poco lo que se sabe de ella, por eso yo busco y busco datos. Mi institución, que fue fundada hace 145 años -hubo un traslado en el medio-, es de la primeras del país que le rinde homenaje. La historia se pierde si no la investigamos y la caminamos. Me cautivaron el amor por su marido (el español José Miranda) y el coraje que había en esa mujer. Tenía la virtud del patriotismo, de la solidaridad y de la familia. Se preocupaba por el bien común. Se levantó en armas a la par de su esposo y luchó contra los ingleses. Tenemos que reivindicar a esta tucumana: reconozco la valentía de la altoperuana Juana Azurduy, ¡pero no olvidemos a Manuela Pedraza!

ALGUNOS NÚMEROS.- El Congreso del Bicentenario de la Independencia Argentina fue organizado por la Academia Nacional de Historia con el auspicio del Ente del Bicentenario de Tucumán. La Provincia afrontó íntegramente los gastos del Congreso que empezó el miércoles y concluyó ayer, y tuvo como sede los salones del hotel Hilton Garden Inn. El programa incluyó 65 ponencias de disertantes locales, de otras partes del país, de Sudamérica y de Europa. Al acto de apertura del Congreso concurrieron 450 asistentes. Las demás jornadas reunieron, en promedio, a 300 interesados, entre ellos numerosos estudiantes universitarios .

CERTIFICADOS.- El Congreso fue abierto al público y, si bien hubo muchos asistentes que sólo se quedaron a algunos de los paneles, otros no se perdieron ninguna mesa -la entrada era libre, es decir, no había matrícula-. La organización entregó este viernes certificados de asistencia a quienes los requirieron. En un plazo aproximado de un mes estarán listos los títulos que sirven para acreditar puntaje docente. Sólo tienen derecho a ellos quienes participaron de todo el Congreso.

AUSENTES.- Por distintas razones e imprevistos, algunos disertantes y oradores no pudieron llegar al encuentro. El gobernador Juan Manzur faltó al acto de apertura porque este coincidió con la reunión de mandatarios provinciales en Córdoba. Tampoco llegaron los expositores Samuel Amaral, Beatriz Bragoni, José Carlos Chiaramonte, Elena Rojas Mayer, Oriana Pelagatti, Mariano Di Pasquale, César A. García Belsunce y Noemí Goldman. Mercedes Cullen, coordinadora general del Congreso, anticipó que, en 30 días, las versiones escritas de todas las ponencias estarán disponibles en el sitio web de la Academia (an-historia.org.ar).

Cierre folclórico.- El Congreso del Bicentenario, una de las actividades incluidas en la agenda que el Estado preparó para celebrar los dos siglos de la Independencia, concluyó con una mesa panel “continental” donde participaron especialistas de Bolivia (María Luisa Soux); Paraguay (Herib Caballero Campos); Perú (Cristina Ana Mazzeo); Venezuela (Inés Quintero); Brasil (João Paulo Garrido Pimenta) y Francia (María del Pilar Bernaldo). La historiadora argentina Marcela Ternavasio coordinó las exposiciones. A continuación, los académicos asistieron a un concierto folclórico a cargo de artistas locales ofrecido por el Ministerio de Cultura de la Nación. La académica Olga Fernández Latour de Botas “curó” el espectáculo, que fue ejecutado por los músicos Nancy Pedro, Adrián Sosa, Francisco Joaquín Santamaría y Carla Elizabeth Guzmán.

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