Barcia observa el lema del Bicentenario: “‘unirnos’ es mejor que ‘juntarnos’”

Barcia observa el lema del Bicentenario: “‘unirnos’ es mejor que ‘juntarnos’”

En el foro de historiadores que sesiona en Tucumán, el estudioso de la lengua destacó la “espiritualidad” contenida en la palabra “unión”. El doctor en Letras comentó que el fruto político mayor, la Independencia, no tuvo, en su tiempo, frutos poéticos equivalentes

LA LETRA EN LA HISTORIA. El doctor Pedro Barcia  compartió mesa con Olga Fernández Latour.  la gaceta / foto de irene benito LA LETRA EN LA HISTORIA. El doctor Pedro Barcia compartió mesa con Olga Fernández Latour. la gaceta / foto de irene benito
20 Mayo 2016
Fiel a su estilo disruptivo, Pedro Barcia no se ajustó en forma estricta al asunto de su disertación, “El tema de la Independencia en la poesía erudita de su tiempo”, sino que incursionó en saltos de programas y hasta se permitió conectar su exposición con el lema oficial del Bicentenario: “juntarnos”. El doctor en Letras manifestó que “unirnos” era más apropiado: “los poemas inspirados en la Independencia y compuestos en ese momento rescatan la unión porque había conciencia de que peligraban las relaciones el territorio del ex Virreinato del Río de la Plata. La unión tiene una connotación espiritual: ‘unirnos’ es mejor que ‘juntarnos’”.

El especialista precisó que no era su intención criticar, sino aportar propuestas para una modificación del lema. Y recordó que, según uno de los poemas eruditos analizados, la unión es ponderada como una condición de salud del cuerpo social. El lema “Juntarnos” fue escogido por el Ente del Bicentenario de Tucumán, entidad que auspicia y financia el Congreso del Bicentenario de la Independencia Argentina que comenzó el miércoles y concluye hoy en el hotel Hilton Garden Inn (Miguel Lillo 365). “Juntarnos” es, a su vez, el título de la canción que compuso Lucho Hoyos, tema musical oficial de la entidad estatal creada a propósito de los 200 años del 9 de Julio de 1816. Barcia expuso su trabajo ayer a la mañana, en el panel “Lengua y Literatura” del Congreso organizado por la Academia Nacional de Historia. Coordinó la mesa la académica Olga Fernández Latour de Botas, quien analizó la poesía popular de la época de la Independencia (la catedrática Elena Rojas Mayer iba a disertar sobre el lenguaje tucumano de hace 200 años, pero no pudo asistir al Congreso).

“El fruto político mayor, la Independencia, no tiene frutos poéticos”, informó Barcia. Y añadió: “de 1816 se rescatan 33 poemas, donde sólo 13 se refieren al acontecimiento tucumano. ¿Por qué el hecho más destacado de la época concitó menos interés que las acciones militares anteriores? Es curiosa la pobreza de la producción”. El ex presidente de la Academia Argentina de Letras afirmó que ninguno de los poetas de talla que vivían entonces se ocupó del tema. E interrogó en forma retórica: “¿el foco estaba en Tucumán y la atención en Buenos Aires? ¿Lo que no pasaba por Buenos Aires, no pasaba en la poesía?”.

Esta tensión entre el puerto y el interior aparece en los versos redactados en forma inmediata a la Declaración del año 16. “Una obra llama al 9 de Julio el día grande de Buenos Aires, cuando es el día grande de Tucumán”, subraya Barcia.

Un cubano se interesa

En medio de la indiferencia de los líricos reputados de aquel momento, emerge el poema que escribió un periodista cubano y que fue publicado en el “El Censor”, diario porteño fundado en 1812. “El poema en cuestión es divulgado en septiembre de 1816 y se trata de la composición sobre la Independencia de mayor aliento”, explicó el catedrático. Esta obra retrata la celebración del 9 de Julio en Buenos Aires: “hubo loas, máscaras, festines y 2.000 faroles encendidos. Los versos también hablan del problema meteorológico que obligó a acortar los fastos a tres días, cuando originalmente eran seis”.

Recién en 1856, cuando la entonces Confederación Argentina logra que España reconozca oficialmente la Independencia proclamada 41 años antes, Juan María Gutiérrez se ocupa de enaltecer poéticamente a la decisión emancipadora de 1816. Barcia acotó que el intelectual de la Generación del 37, entonces ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Justo José de Urquiza, escribió los versos horas después de la firma del tratado bilateral, durante un justísimo 9 de Julio. “Esta gente sabía lo que estaba haciendo; su acción contrasta con la concepción bonsái de la Argentina contemporánea”, advirtió. En ese punto de la exposición de Barcia, intervino la historiadora María Sáenz Quesada, quien manifestó que Jorge Luis Borges había compensado la orfandad poética de la Independencia con la “Oda escrita en 1966”, que concibió durante el Sesquicentenario. Vale la pena recordar un fragmento de este poema: “la patria, amigos, es un acto perpetuo / como el perpetuo mundo. (Si el Eterno / Espectador dejara de soñarnos / un solo instante, nos fulminaría, / blanco y brusco relámpago, / Su olvido.) / Nadie es la patria, pero todos debemos / ser dignos del antiguo juramento / que prestaron aquellos caballeros / de ser lo que ignoraban, argentinos, / de ser lo que serían por el hecho / de haber jurado en esa vieja casa./ Somos el porvenir de esos varones, / la justificación de aquellos muertos; / nuestro deber es la gloriosa carga / que a nuestra sombra legan esas sombras / que debemos salvar”.

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