“Al boxeo hay que rearmarlo”

El periodista Osvaldo Príncipi sugiere desoír al “charlatán” que opina porque vio “Rocky” en el cine.

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17 Mayo 2016
Osvaldo Príncipi es un referente del box actual y es taxativo al momento de definirse. “Yo no soy periodista deportivo, soy periodista de boxeo”, advierte el también relator de combates. El nacido en Mercedes va en contra de una filosofía de la comunicación social que se establece en las aulas: se es ante todo periodista, la especialización a la par de la palabra está casi de más.

Su trayectoria en el boxeo comienza, nada más y nada menos, que arriba del ring. “Era muy malo. Yo subía sabiendo que iba a perder”, reconoció. La claridad de su pensamiento le dio un golpe de realidad que lo ubicó debajo del cuadrilátero. En 1972 el coqueteo con el boxeo era mixto: micrófono-guantes. Pero al poco tiempo, se dio cuenta que era mejor que sus ojos contemplaran analíticamente a los protagonistas y no que él fuera uno. Así que con 40 años encima de periodismo con el deporte de los puños tiene pergaminos para establecer sin dudar: “el boxeo está totalmente desordenado a nivel nacional y eso se contagia a las provincias”.

- ¿Cómo vivió su paso por Tucumán con un festival televisado?


- Me motiva mucho formar parte de una transmisión con una televisión provincial porque es un lindo tanque de guerra como para darle al boxeo local un empujón.

- ¿Tanque de guerra? ¿Tan determinante puede ser la TV local?

- Es vital. El boxeo no es sólo la transmisión de DirecTV, de TyC o de la TV Pública. Para que un boxeo sea fuerte debe tener su tanque de guerra en la televisión provincial.

- ¿Qué se logra con el empuje de la televisión local?

- Es poner en marcha. Yo trabajé con Canal 13 de San Luis en los campeonatos José María Gatica. Hubo un gran efecto en los boxeadores que se convirtieron en personajes, pasaron a ser contratapa del diario con las peleas y certámenes amateurs. Lo que viví en Tucumán (NdR: el festival se hizo en Concepción BB, de Banda del Río Salí) fue una noche de súper acción; ojalá pueda tener continuidad. Soy exigente y no tiro margaritas porque sí. Tucumán tiene una gran base e historia, debe reorganizarse y debe haber mucho mítin, mucha reunión, mucho encuentro. En esta provincia el boxeo todavía está vigente.

- ¿Qué se puede hacer para mejorar el boxeo en el país?

- Hoy hay un montón de títulos que no tienen ningún prestigio. Los campeonatos históricos son los argentinos y los sudamericanos y hay que volver a eso. Hay cuatro organizaciones que son Consejo Mundial, Federación Internacional, Asociación Mundial y Organización Mundial. El día que el boxeo vuelva a girar sobre los reglamentos podrá volver a recuperar el crédito y la confianza que en parte perdió con la gente. Al boxeo hay que rearmarlo porque está disperso. Entonces todo lo que se vivió en Tucumán, una provincia que tiene mucha historia y es pionera desde la década del 20, da un aporte muy positivo.

- ¿Hay responsables del desorden al que hace referencia?

- La Federación Argentina de Box fue la gran responsable de desordenar el boxeo. Sus intereses por promocionar el box profesional son un fracaso, al boxeador lo ha desprotegido. Le ha sacado al amateur de más de 19 años el cabezal y no hay tampoco un poder de policía provincial que se rebele de esa medida. Los que están no han sido boxeadores. Es difícil encontrar gente que sabe lo que es sufrir en el ring, que sabe la diferencia entre un round de tres y otro de cinco minutos, que sabe cual es la diferencia de tres rounds a cuatro. Esa sabiduría no se aporta y se va a una sabiduría cibernética que es peligrosa a la hora de ejercer el reglamento.

- ¿Su paso por el ring lo ayuda en el ejercicio del periodismo?

- Totalmente. Mi mentalidad de perdedor, porque yo subía sabiendo que iba a perder porque era muy malo, me llevó a poder leer la mirada de los boxeadores. Puedo saber quien sube para ganar y quien para sobrevivir creo que fue una ventaja haber sido perdedor.

- Siempre se lo asocia a Videomatch ¿que significó ese ciclo para usted?

- Me ayudó a ampliar el campo laboral en una industria periodística donde la trayectoria no cotiza en bolsa, ni tiene respaldo. Vivimos en los tiempos de los genios de los recursos humanos que con cinco cursos por internet son los hombres que mueven las bolsas de valores. Tienen muy poca percepción de qué es la calidad, la resolución y la crítica. Videomatch me abrió una fuente laboral para trabajar en extras, muchos de ellos volcados al humor y al entretenimiento que nunca pensé hacer en mi vida.

- Con tanto desorden en el boxeo ¿qué le puede decir a los que recién empiezan?

- El mensaje es que la ilusión no debe perderse nunca. Hay que escuchar al idóneo y hacer oídos sordos al charlatán de moda que a veces da una opinión porque vio “Rocky” en el cine. No hay que creérsela nunca; ni cuando se gana el primer título en el boxeo, ni cuando se consigue en el periodismo el primer contacto importante.

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