Lucha: jugando con lo imposible

Lucha: jugando con lo imposible

El documental de Ana Quiroga habla de Luciana Aymar, una deportista de élite y de una mujer dedicada. Ver trailer.

A PURA ENERGÍA. Luciana Aymar llevó a las Leonas al primer plano. A PURA ENERGÍA. Luciana Aymar llevó a las Leonas al primer plano.
28 Abril 2016

LUCHA: JUGANDO CON LO IMPOSIBLE

DIRECTOR: Ana Quiroga. AÑO: 2016.
GÉNERO: documental. ORIGEN: Argentina.
GUIONISTAS: Ana Quiroga y Milagros Lay González.
CON: Luciana Aymar, Sergio Vigil y Maartje Paumen.
DURACIÓN: 93 minutos.
CALIFICACIÓN: apta para todo público.

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“‘Jugando con lo imposible’ te sumerge en el interior del ser de Lucha, haciéndote vibrar, disfrutar, emocionar y reflexionar con ella. Hermosa”.

El tuit de Sergio Cachito Vigil, uno de los entrenadores que más conoce a Luciana Aymar, es una síntesis de la película que se estrena hoy, sobre la vida de la Leona más reconocida en el mundo.

La gran jugadora es protagonista exclusiva y excluyente del documental que filmó Ana Quiroga (en su ópera prima) y que en todos los cines por los que pasó convocó a jugadoras de hockey de todas las edades, con una fuerte presencia de las divisiones inferiores de los clubes.

Lucha fue dos veces campeona del mundo; logró cuatro podios olímpicos (es la que más cantidad de medallas se colgó en toda la historia deportiva del país) y en ocho oportunidades fue elegida la mejor jugadora de hockey del planeta, por lo que en 2008 la Federación Internacional de Hockey la nombró leyenda. Pero las cifras alcanzadas dentro de un campo de juego no reflejan el esfuerzo y la dedicación para obtener los resultados, todas las horas afuera de la cancha en las que pasó su vida.

“No me imaginé que podía llegar a donde llegué”, afirma Aymar, conocida como la Maradona del hockey, en un relato que recupera imágenes de ella de niña, cuando comenzó a jugar en el club Fisherton de Rosario, y llega hasta su esplendor como referente mundial de la actividad y máxima estrella de las Leonas. Ese recorrido es también “un viaje interno en el proceso de maduración de una mujer que inconscientemente se convirtió en modelo de muchas otras y lo hizo consagrada al deporte”, según sintetiza la productora del filme.

“Lucha: jugando con lo imposible” es una excelente película que nos involucra sin preguntarnos en una ejemplar historia de vida, directa al corazón, a ese corazón sensible que te permite viajar por todas las emociones y entender que una historia bien contada logra que cada espectador la haga propia.

Fui una espectadora más en el avant première, en Buenos Aires. A sala llena, con ex leonas y compañeras de Lucha, entrenadores, dirigentes del deporte y familiares. Si hubo algo que fue un factor común para todos, no fue nuestra relación con el hockey en sí, ni siquiera con la protagonista; fue una maravillosa producción que, a través de la música, los movimientos y el relato documentado, te conmueve y te cuenta de esas historias de vida que transforman la historia. Dos días después, ya en el estreno oficial, volví a sentarme en la platea, con otro público. Confieso que las sensaciones vividas fueron las mismas.

“Lucha...”, como bien dijo Sofía Quiroga (hermana de la directora) apenas salió de la sala: “es una película que habla del hockey, pero que no es sobre el hockey. Habla de Lucha, pero no es sólo de Lucha. Habla de la vocación, de tener la posibilidad de dedicar nuestras vidas a hacer lo que amamos, sabiendo que esa misma posibilidad es también sacrificio y trabajo. Habla también acerca de ser fieles a nosotros mismos, de elegir aquello que nos hace felices. Y de ponerle cuerpo y alma. Habla de la mujer, de cómo fuimos conquistando espacios en estos últimos años para hacer valer nuestro talento y nuestra mirada”.

El filme cuenta la transformación y el crecimiento de un deporte, pero sobre todo habla de los valores más valiosos: la familia, el compañerismo, la vocación al trabajo, el sacrifico, la renuncia, la amistad... Habla de saber ganar y de saber perder; de perseverar y sobre todo de tener siempre un sueño y comprometerse en el camino que te conduce a él sin descuidar lo esencial, ser una buena persona.

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