ACTÚA HOY
• A las 22 en el club Central Córdoba (avenida Alem y Bolívar). Los socios del Club LA GACETA retiran tres entradas pagando sólo dos.
Un repaso de los títulos de algunos de los 51 temas que componen su álbum “Antología”, de 2014, permite trazar la historia de sus canciones como un mapa que recorre los valles, las montañas y las playas pacíficas o agitadas de su México natal.
De “O me voy o te vas” a “Si me puedo quedar”, en esta emblemática producción aparece Marco Antonio Solís en toda su plenitud. El romance oculto de “Mi eterno amor secreto” se intercala con el dolor de lo perdido (“Recuerdos, tristeza y soledad” o “Acepto mi derrota”) y con el deseo de encontrar a quien amar (“Más que tu amigo” o “Tu compañero”). Es que el corazón tiene todas esas caras, desde las más tristes a las más alegres.
Antes de cumplir 12 años ya había debutado en televisión junto con su primo Joel Solís, y ya nunca abandonó la música. Su primer éxito llegó en 1975, cuando integraba el grupo Los Bukis, apodo que significa niños, que lo sigue en singular desde entonces y que ni siquiera perdió cuando, ya maduro, se lanzó como solista en 1995. A 46 años de su comienzo, con más de 35 millones de discos vendidos y con una estrella en el paseo de la fama de Hollywood, mantiene una popularidad a prueba de fuego, con miles de seguidores y fanáticos, como los tucumanos que esta noche lo acompañarán en el club Central Córdoba.
La fama de Solís no tiene edad, y menos luego de que otros músicos retomaran algunas de sus composiciones para versionarlas. Un ejemplo acabado de ello es Maná, y “Si no te hubieras ido”, su mayor hito como creador y cuya letra inmortal dice: “Te extraño más que nunca y no sé que hacer./ Despierto y te recuerdo al amanecer./ Me espera otro día por vivir sin ti./ El espejo no miente, me veo tan diferente./ Me haces falta tú”. Las estrofas, sin dudas, serán coreadas esta noche bajo la luz de las estrellas y con alguna lágrima en las mejillas.
Es que este cantante le hace caso y le da espacio a la ilusión de amar, aunque todo le juegue en contra y las posibilidades de vincularse con el ser deseado sean mínimas.
El romanticismo que expresa en sus canciones es el mismo que imprime todos los días en su relación con su segunda esposa, la modelo cubana Cristian Salas, con quien está formalmente unido desde hace más de 20 años y tiene dos hijas, Alisson y Marla.
A ella le compuso “Gracias por estar aquí”, el tema con el que tituló su último disco y en el que afirma en el inicio: “Tuvimos nuestros días maravillosos/ y otros más difíciles./ Volamos por las nubes y otras veces/ se nos cansaron los pies./ Pudimos coincidir casi en todo/ sin nada en común tener./ Sembraste a tu manera, yo a mi modo/ y pudimos florecer”.
Antes, el artista estuvo casado por cuatro años con Beatriz Adriana, la madre de Betty Solís, quien se lanzó como cantante al igual que sus padres. En el medio hubo muchos rumores y versiones de amoríos con otras mujeres, que lo tuvieron a maltraer.
Pero ese es su pasado; ahora se declara fiel y enamorado, como afirma en la mayoría de las más de 300 canciones que compuso e interpretó. Su fe la profesa noche a noche en el “Por amor amor tour”, la gira que hoy hace escala en la provincia antes de seguir viaje de regreso a México, luego de haber pasado por el Luna Park, Córdoba, Rosario y Mendoza. La luna tucumana lo despedirá, deseando que la amen como nunca.