Gustavo Restrepo imagina convertir a Yerba Buena en una "ciudad de los 10 minutos"

Por Soledad Nucci 27 Marzo 2016

- ¿A qué se refiere con eso?

- Deben aumentar las densidades. Hay que liberar, dentro de la normativa. Los locales comerciales podrían generar, hacia sus interiores, edificios bajos. Ojo: no estoy hablando de más pisos, sino de más camas. Hay que pensar en usos mixtos, con oficinas, negocios y viviendas en una misma edificación. Sino, ¿dónde vivirán los hijos de los padres de Yerba Buena?

- ¿Esa “liberación de densidades” incluye al Casco Viejo?

- Uno puede ser romántico con sus ideas. Puede, también, seguir haciendo las cosas bien. Eso se traduce en mantener la armonía entre área ocupada y altura. Si el crecimiento no parará, ¿por qué no buscan las fortalezas de las centralidades? Eso es generar distritos. El Casco Viejo puede conservar su historia y su carácter. Pero pueden, también, meter “acupunturas” que traigan una densidad mayor.

- ¿Qué opina de El Corte?

- Lo conservaría como zona roja. Es más: sería tan estricto allí, que no dejaría que se toquen las densidades hasta 2020 o 2030. Han descuidado la importancia del verde.

- Cuando conoció Yerba Buena, ¿qué fue lo primero que pensó?

- Pensé que podría convertirse en una ciudad de los 10 minutos. Eso significa que uno pueda ir desde su casa hasta la oficina, por ejemplo, en 10 minutos. Y que lo haga en bicicleta, a pie o con algún sistema integrado de transporte.

- Estaría faltando un sistema de transporte, entre otras cosas...

- Sí. Hoy, no pueden desalentar el uso del vehículo. Eso sería un castigo para los automovilistas, ya que no tienen otra opción. Plantearía nuevas transversalidades, que crucen su territorio en diagonal. Las líneas de ómnibus les sirven para comunicarlos con la capital, pero no para recorrer su distrito. Podrían usar las vías del ferrocarril en desuso (en referencia a las diagonales) para montar un tranvía.

- Deben comenzar con un proceso de ordenamiento de los pares viales: unas calles deben ir en un sentido; y otras, en el contrario. Hoy sólo usan las vías internas a la avenida Aconquija para hacer una “U”, un retorno. Necesitan que los vehículos hagan una recorridos mayores por las calles de adentro. Así, se distenderá el tráfico.

- En una charla en esta ciudad dijo que le asombraba que en sitios donde se producen anegamientos se estén haciendo nuevos barrios.

- Los vi al borde de la catástrofe. Han descuidado la importancia de mantener el verde. Ahora, deberán planificar la ciudad del riesgo. Si ven que en los últimos veranos ha llovido más, ¿qué esperan?

- ¿Es adecuada la planificación de las nuevas infraestructuras?

- Urgente, tienen que desarrollar acequias que conduzcan las aguas de lluvias. Deberían estar pensando, también, en lagunas de retención debajo de las calles. Además, he visto que tienen problemas con las aguas negras. Esto último es costoso. Pero toda ciudad de vanguardia lo tiene resuelto.

- ¿Cuál es su mensaje para los empresarios inmobiliarios?

- A veces, los desarrollistas quieren que les aprueben todo ya. ¡Ey! Permitan que se pongan las reglas de juego claras. No quedan demasiados lugares con posibilidades de expansión. Y hay muchos countries y barrios cerrados, lo que dificulta la trama. ¿No será que debemos empezar a extender la trama, entonces? Para que el fluido al interior del área municipal sea más consecuente, más vivo y de mayor calidad. Tenemos que construir una ciudad para todos.