El descanso, un aliado para mejorar la productividad

El descanso, un aliado para mejorar la productividad

No todas las personas rinden de la misma manera a la mañana. Flexibilidad de horarios.

27 Marzo 2016
“Hay que mirar al sueño como un aliado de la productividad, asumiendo que ser efectivo también requiere cuidarnos y mantenernos saludables, porque de lo contrario nuestra productividad no será sostenible”. El que habla es el psicólogo José María Blunda, experto en recursos humanos y responsable de la página www.maspersonasrrhh.com.ar.

- ¿Cuál es el mejor horario para comenzar la jornada laboral?

- Existen dos grupos diferenciados en su “reloj biológico”. Hay personas que prefieren madrugar y están en plena actividad desde muy temprano. Otros tienen un “despertar” diferente, grupo en que me incluyo. Preferimos seguir produciendo hasta avanzada la tarde/noche. Inclusive, podemos levantarnos temprano, pero nos sentimos más lúcidos después de las 9 o 10 de la mañana. Independientemente de si eres de un grupo o de otro, es necesario mantener una cantidad de horas del sueño porque el que para, repara. El ritmo de vida actual está alterando no sólo nuestra actividad durante la vigilia sino también acortando las horas para el sueño y eso tiene un costo en nuestro organismo.

- ¿Estás de acuerdo con la política de algunas empresas, de ser más flexibles con los horarios de ingresos? ¿Por qué?

- La necesidad de mejorar la competitividad en el sector privado, el cambio de “cantidad de horas” por “cantidad de resultados logrados” y el smartphone que se convierte en oficina móvil están diversificando y extendiendo la jornada laboral. En este escenario, los nuevos paradigmas laborales están demandando un nuevo kit de beneficios, en donde la jornada laboral flexible es muy bien recibida por los trabajadores. Esto lo veo más recurrente en determinados rubros y tipos de trabajo, no en todos.

- ¿Vos creés que el sueño repercute directamente en la productividad de una persona?

- Claramente los trastornos del sueño repercuten en la calidad de vida en general, en el ánimo de las personas (irritabilidad, depresión) y por ende, en la capacidad productiva. La falta sostenida de las horas de sueño necesarias afecta directamente nuestra calidad de atención y concentración, además de disponernos negativamente a la gestión de conflictos, a la aceptación de desafíos y a la orientación a lograr resultados, factores claves en el contexto laboral.

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