
CASAS SALTEÑAS. Dibujadas a comienzos del siglo XX, las ilustraciones reproducen las viviendas de las familias tradicionales: la primera a la izquierda, de los Uriburu; la portada que sigue, de los Saravia; los otros dos detalles del centro, de los Otero, y, a la derecha, la casa de los Arias. la gaceta / archivo

SEBASTIAN ROSSO / LA GACETA
Juan Kronfuss, nacido Johann Kronfuss, vio la luz en 1872 en Budapest, por entonces parte del Imperio Austrohúngaro. De joven se formó como arquitecto en Munich, Alemania, donde fue muy influenciado por las versiones alemanas del Art Nouveau. A principios de 1910 viajó a Buenos Aires, donde hizo algunos trabajos como arquitecto y fue profesor en la Universidad Nacional. Para 1915 se estableció en la ciudad de Córdoba. Allí ejerció la docencia universitaria y donde fue nombrado director de Obras Públicas.
Lo que hace extraordinaria su carrera fue la dedicación al estudio de la arquitectura colonial. Pasó años estudiando documentos, edificios y muebles que develaran ese período que yacía oscurecido por la voracidad moderna. Sumó a esos esfuerzos su gran habilidad de dibujante a pluma. El arquitecto Jaime Roca destacó: “sus dibujos hicieron revivir en todos sus matices las cúpulas y las torres de la Catedral de Córdoba, las arcadas solemnes del Cabildo de Salta y las portadas señoriales de la colonia”.
Casas salteñas
Luego de su declarado amor por la ciudad de Córdoba y su campaña, la de Salta fue sin dudas su segunda inspiración. Entre sus plumas, aparecen la conocida Capilla de San Bernardo, el Cabildo, una “casa histórica en Salta”, construcciones jesuitas y varios detalles de frentes, puertas y ventanas. También las casas particulares, como en Córdoba, fueron centro de su interés: la casa de los Cámara, de los Uriburu, de los Arias, de los Saravia, de los Otero, de los Mendiolaza. Publicamos algunas de ellas, como aparecieron en el libro “Arquitectura colonial en la Argentina”, editado en la ciudad de Córdoba, en 1982.
La visión de Kronfuss puede resultar romántica e inexacta en algunos casos, pero su oficio de dibujante casi fotográfico, con un gran dominio del dibujo con líneas, le da su mayor valor. No caben dudas de que Salta tuvo, hacia el final del período colonial, las construcciones más cuidadas y señoriales de la región. Kronfuss se encargó de retratarlo con sus muy habilidosas manos.








