Trabajosa inserción femenina en las listas

Trabajosa inserción femenina en las listas

En las elecciones provinciales de 1995 se advirtió una mayor presencia de la mujer en la política. La influencia de la ley de cupo en los sublemas. Candidatas a la gobernación.

La ley de cupo femenino empezó a regir en Tucumán en 1995. El 14 de marzo de ese año, el gobernador Ramón Ortega promulgó la norma, justamente el día del cumpleaños de Teresa Felipe de Heredia, titular de la Secretaría de la Mujer del gabinete provincial. Ella vigiló minuciosamente la reglamentación del texto que había impulsado la legisladora justicialista Josefina Fariña de Ceballos.

La iniciativa encajaba con la ola nacional que exigía mejorar la participación de la mujer en la política y recogía la inquietud de un movimiento de militantes de distinta militancia partidaria, entre ellas la funcionaria orteguista.

El jefe del Poder Ejecutivo aprovechó esa circunstancia para elogiar la actitud política de Evangelina Salazar, dejando una puerta entreabierta para una eventual postulación electoral de su esposa.

El nuevo estatus legal ordenaba que de los dos primeros lugares en las listas de candidatos a legisladores y a concejales, uno debía corresponder al sexo femenino.

Esta disposición debía ensamblarse con el armado de los sublemas, por lo que aumentó la tensión en los partidos, especialmente en el justicialismo.

El ascenso de una mujer a una ubicación con probabilidad de éxito, implicaba el riesgo de decapitación de un varón.

A la vez, dentro del justicialismo, las diferencias entre el gobernador y las distintas líneas internas opuestas a su gestión adicionaron otro factor de confrontación.

Perspectivas

La efervescencia creció en el partido gobernante que pretendía continuar en el comando del poder.

La inquietud que existía entre las dirigentes del PJ por la vigencia del cupo para ediles y legisladores había emergido en febrero, durante una audiencia con el ministro político Alfredo Dato. El 24 de ese mes se oficializaron en el PJ nueve listas de aspirantes a gobernador y vicegobernador y a diputados nacionales. Las bancas de concejales y legisladores eran patrimonio de los sublemas, donde las mujeres lucharon trabajosamente para que se aplique la ley del cupo femenino.

Sólo dos de las nueve listas encumbraron a representantes del sexo femenino como aspirantes a suceder a Ortega. Ellas eran Olijela Rivas (Unidad y Peronista) y María Magdalena Villegas (Agrupación 5 de Marzo).

Las divergencias en el campo femenino detonaron con la presentación de una lista exclusiva de candidatas, a diputadas, que lideraban María de los Angeles Artaza y Cristina Díaz (Peronismo en Acción). Esta propuesta no prosperó en las urnas. Artaza había acusado al PJ de ser un partido machista. Protagonizó, además, un ruidoso incidente con Heredia en la propia sede del PJ. Ellas rivalizaban fuertemente por la conducción política de los cuadros femeninos que conformaban una de las ramas del PJ.

La oferta final

Nueve fórmulas compitieron en las urnas el 2 de julio por la gobernación y la vicegobernación. La ciudadanía escogió, además, intendentes, comisionados comunales y otros cargos mediante sublemas (legisladores y concejales). En líneas generales se apreció una mayor representación de la mujer, porque obligó a los partidos a colocar una dama en el segundo puesto de los sublemas.

De los nueve binomios de gobernador y vice, sólo uno se integró exclusivamente por mujeres: María Angela Massa y Alicia Melgarejo (Partido Humanista). Las otras fueron Olijela Rivas (Frente de la Esperanza) y Angela Nassif (Partido del Pueblo y del Trabajo).

El resultado del 2 de julio consagró a Stella Maris Córdoba como vencedora en los comicios de intendente de Las Talitas. Fue la primera funcionaria en Tucumán que llegó a ese cargo por voto popular.

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