El Cadillal: paseo a la cumbre de la Barranca Colorada

Muy cerca del espejo de agua se encuentra la Barranca Colorada, un punto que conjuga la posibilidad de practicar deportes, recorrer la yunga, hacer asados y hasta darse un chapuzón a un precio muy accesible.

19 Enero 2016

Parece un sitio oculto. Pocos lo conocen. Quienes ya lo descubrieron, lo recomiendan. Está ubicado en la esquina en que se unen el río Loro y el río Salí. La zona se llama Barranca Colorada y le debe su nombre a una lomada de piedra rojiza que bordea al cauce de agua.

El verde de la selva de yungas es imponente. El torrente de agua provoca un bramido constante que se oye desde los asadores y merenderos. La extensa arboleda regala una generosa sombra todo el día. La brisa fresca sopla hasta en la hora pico de calor en el camping Lago Verde.

Encender el fuego, salar la carne, lavar las verduras y preparar las tablitas para el asado, mientras se escucha -de fondo- el sonido del río es una maravillosa invitación para pasar un día al aire libre.

Los niños juegan a pescar en un lago artificial (dentro del predio) del tamaño de una cancha de fútbol. La enorme pared rojiza de la barranca tiene en la cumbre un mirador desde el que se puede descubrir toda la planicie que bañan las aguas de los dos ríos de la zona. “Esto es practicar turismo gasolero. La gente viene a pasar el día, entra al río y come un asado a la sombra con sus hijos y sus mascotas”, explica Carlos Manchi, propietario del camping.

Los más osados que buscan aventura pueden aprovechar la siesta para cruzar el río pedregoso (el agua llega hasta arriba de las rodillas). Del otro lado los espera un sendero en medio de la selva de yungas en el corazón del cerro Médici. Tanto niños como adultos pueden subir a la barranca colorada, pero es mejor hacerlo acompañado por un lugareño que oficie de guía. Tras una caminata de 30 minutos (dificultad media) se llega a la cumbre de la lomada.

Desde arriba se descubre, a lo lejos, el verde de los cultivos de citrus, las sierras del este tucumano y, a los pies, puede verse el camping con su lago y sus senderos internos, pegado al río de agua marrón.

Facundo Manchi (17 años) encabeza la travesía hasta la cumbre. Entre el pelotón de visitantes lo acompaña Juan Reinoso (10 años) que vive en Río Negro y está de visita en Tucumán. “Esta la mejor aventura de mi vida”, dice asombrado, mientras avanza por la selva. En el trayecto se escucha el canto de los loros de cabeza colorada. Las aves parecen alborotadas al paso de los visitantes y hacen alarde de su estridente sonido. Aire libre, amplia sombra, asado al mediodía, mates con bollos a la tarde y el río que espera por un chapuzón conforman el plan ideal para huir del calor urbano.

Un asado cerca del río 

Bajo presupuesto para disfrutar a lo grande 

Los niños corren y juegan a la sombra de los eucaliptus, las tipas y los sauces. El resto de la familia espera el almuerzo, mientras Carlos Gerez atiza el fuego en el camping Lago Verde. De fondo, las aguas del río Loro le dan frescura a la brisa que sopla al mediodía. Otros visitantes prefieren recorrer el lago artificial o caminar por los senderos del cerro Médici. “Lo mejor de este lugar es la sombra que hay. Esto me encanta y por eso vengo con mi familia cada dos por tres”, dice Carlos, mientras observa de reojo cómo marcha la parrilla.

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En el corazón del cerro

Distintas opciones para recorrer las yungas 

Para descubrir los senderos de la montaña hay varias opciones que se ajustan a distintos presupuestos. Es posible hacer una caminata sin costo desde el río Loro hasta la cumbre de la Barranca Colorada. Hay que comenzar la travesía en el camping Lago Verde: cruzar el río Loro y avanzar por la selva virgen. En cambio, la caminata por una senda señalizada está en la cumbre del cerro Médici. Hay que subir en la aerosilla del dique El Cadillal y, una vez en la cumbre, se puede pasear por una senda envuelta por el verde natural de la montaña. 

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A la cumbre del cerro Médici

Pasear en aerosillas para descubrir el paisaje  

Quienes evitan el trekking, pero quieren llegar a la cumbre del Cerro Médici tienen la opción de las aerosillas. El paseo tiene una extensión de 600 metros y se hace en sillas biplaza (adultos $ 100 y menores $ 80). En la cumbre hay un sendero que lleva a un balcón para tomar fotografías del imponente paisaje. También hay otro sendero (señalizado) para recorrer la selva de yungas que envuelve la montaña. Es tan verde y hay tanta vegetación que el calor no se siente en ningún momento. Los merenderos invitan a hacer una pausa en la montaña.

Ir en ómnibus y montar a caballo

27 kilómetros separan la Barranca Colorada de la capital tucumana.

$ 15 cuesta el boleto de ómnibus (El Simoqueño), que sale cada 2 horas. 

$ 20 por persona se paga para ingresar al camping y usar las instalaciones.

$ 80 Se cobra por persona para una cabalgata de 2 horas por la zona.

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