Madres de distintos barrios se desahogan juntas, se escuchan y se movilizan por sus hijos adictos

Madres de distintos barrios se desahogan juntas, se escuchan y se movilizan por sus hijos adictos

Formaron el grupo “Familias en acción”. El lunes a las 19 llevarán a cabo una marcha de las antorchas por las calles de “El Sifón”. Reclamos y propuestas.

24 Octubre 2015
Está en todas partes. No importa cuál sea el barrio. La droga, cuando entra en una familia, la atraviesa de la misma forma: con muchísimo dolor. El sufrimiento, la impotencia y la tragedia las une. Ellas son madres de chicos adictos de distintas zonas. Cada una luchaba desde su lugar para enfrentar la problemática. Ahora están juntas. Y son cada vez más. El grupo se llama “Familias en acción”. Comenzó con las mamás de “El Sifón” y ahora cuenta con integrantes de Villa Mariano Moreno, Yerba Buena, El Colmenar, Lastenia y barrio Victoria.

“El objetivo es desahogarnos, poder escucharnos y movilizarnos para ayudar a nuestros hijos”, cuenta Graciela, de 52 años, mamá de dos jóvenes adictos. Cuenta que a uno de ellos lo encontró a punto de matarse. Y todas las madres que están alrededor, sentadas en sillas de plástico bajo la sombra de un árbol, se solidarizan con ella.

Es lunes al mediodía y las mamás van llegando de a poco a la reunión semanal. Esta vez es en villa Mariano Moreno, en el comedor que dirige Teresa. Conmueve escucharlas hablar de sus hijos inmersos en el drama de las drogas. A cara lavada, con la voz ronca y gastada, sus palabras derraman angustia. Porque los suicidios aparecen cada vez más en sus familias. “Los chicos no quieren vivir”, expresa Mercedes. Tiene 54 años. Hace un mes enterró a su hijo Horacio, de 24. Ella llora al recordarlo. Es un llanto seco, trabado, un llanto de bronca.

Roxana ceba uno y otro mate. Tiene los ojos empapados. Habla de su enojo: hace unos meses su hijo cayó preso por culpa de los “transas”. Antes había tenido un accidente y se golpeó la cabeza. “Estuvo por morirse; ya no se qué hacer”, se reprocha.

Marcela Cruz es una psicóloga voluntaria que las sostiene desde hace tres años en “El Sifón”, cuando las madres se empezaron a juntar en la casa de Irma Monroy, referente del barrio. “Han logrado muchas cosas desde que están juntas. Este es un espacio en el que se desahogan y se animan a hacer cosas por sus hijos. Por ejemplo, armaron una mesa de salud, hablaron con gente del CAPS y ahora se pusieron de acuerdo y saben cómo actuar ante las emergencias”, destaca. Y anuncia que las mamás se organizaron para hacer este lunes a las 19 una marcha de las antorchas por “El Sifón”. “La idea es que los chicos salgan de la oscuridad en la que están inmersos”, dice.

Las madres, en general, no confían en la Policía. Reclaman más lugares de atención para los adictos y que se dispongan internaciones compulsivas para los que presenten situaciones muy problemáticas. “Algunos no están en condiciones de decir sí me quiero internar. La mayoría de nuestros hijos está muy mal y eso, sentir que son una porquería, los lleva a tomar la peor decisión: suicidarse”, exclama Graciela.

Bety, de Yerba Buena, dice que nunca vio tan perdidos a los jóvenes. “Corren por las calles desorientados. Es algo muy fuerte. No todo es countries en la “Ciudad jardín”; hay muchos barrios que están en problemas”, advierte.

“Necesitamos dispositivos de atención en los barrios. Para que cuando necesiten ayuda, los adictos sepan que pueden acudir sin mayores esfuerzos. La situación de las menores embarazadas que consumen drogas es desesperante”, pidieron las madres. La mayor preocupación de Irma Monroy son los niños. “El futuro de ellos es incierto debido a lo que están viviendo ahora. Muchos van a caer en la droga. Ya tenemos chicos de 8 o 9 años que dejaron la escuela y están consumiendo. Urge hacer algo”, remarca.

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