Picar también es cosa de chicas

Un Suzuki 1.4 aspirado, con equipo de nitro e inyección programable. Eso lo que maneja Ximena Cativa, 25 años, autodenominada única piloto del Noroeste que participa en las picadas oficiales que se organizan en pistas y autódromos de Santiago del Estero, Salta, La Rioja y Córdoba. Ella compite generalmente una vez al mes y en su horizonte ya asoma un desafío por demás interesante: será el fin de semana, en el autódromo “Martín Miguel de Güemes” de Salta, por el Nacional.

Primera pregunta: ¿hace cuánto que picás? “Hace un año. Mi estilo es incisivo: largo a fondo y llego a fondo”, dice Ximena. Siguiente consulta, bajo su estilo: ¿empezaste en la calle? Respuesta precisa: “sí, pero con mi gente aprendimos hace tiempo que en las calles no se debe acelerar un vehículo así. Es un peligro total. Y encima se rompe. Este auto sólo anda en pista.”

Para ella se vienen las fechas más importantes del año para medirse con los autos mejor preparados y rápidos del país. Además del desafío salteño, le esperan otros dos “grandes”, el 10 de octubre y el 7 de noviembre en Córdoba. Y los enfrentará con el coche pintado de rosa. “Se lo compró con la idea de un entretenimiento informal. Después se fue modificando hasta quedar sólo el nombre y el chasis del original. Todavía le falta, sobre todo hay que sacarle más caballos de fuerza” asegura Ximena, competitiva de tiempo completo.

En la vida de la piloto, Karim Jasin (novio, manager e inversionista) tiene un rol clave. Él empezó con el enduro y el motocross, hasta que llegó el tema del auto para picar. Antes de unir su sueño con el de “Xime”, ella había hecho boxeo durante unos 8 años, aunque de manera recreativa. De actividades mecánicas, nada. Hoy, a la pasión se los dos la acompaña un grupo de amigos y de familiares (ella tiene un fuerte apoyo de su entorno). “El grupo se hizo grande, porque también están los integrantes del taller y los allegados que no faltan”, asegura. ¿Qué lugares visitan? El picódromo santiagueño 25 de Mayo y los autódromo “Oscar Cabalén” de Córdoba; “Martín Miguel de Güemes” de Salta y “Ciudad de La Rioja”. Cada encuentro reúne habitualmente unos 300 autos y unas 50 motos. En Córdoba se llegan a reunir 700 vehículos en total.

Según describen, las carreras son por eliminatoria simple. Ella corre en la categoría “12.80” (se determinan por el tiempo que entrega el auto en 250 metros). En su última vez en Córdoba, entre 70 coches y con el suyo aún con elementos estándar, logró uno de los cinco mejores tiempos para poder entrar al campeonato, del que participaron 10 competidores. En esa instancia, fue tercera.

El uso del nitro en su máquina es todo un tema. “No es algo común hacerlo, pero yo sé cómo”, asegura. Sobre su preparación en particular, dijo que no hay nada especial. “Trato de estar tranquila en las carreras. Siempre me gusta observar las tiradas anteriores, sobre todo al momento del encendido del semáforo. El secreto de la victoria está en la salida. Hay que hacer las cosas bien desde ahí, no errarle a algún cambio y disparar bien el gatillo del nitro.”

Muchos componentes de su auto son importados. “Al auto no se le mezquina nada, lo que se rompe se reemplaza inmediatamente”, advierte “Xime”, cuyo presupuesto ronda los $12.000 por carrera.

La hija de Fabio Cativa (que fue piloto de autocross) asegura que su condición de única mujer la pone en una situación especial en cada presentación: casi siempre su figura está en las promociones. “Además, siempre me piden fotos, me hacen videos y notas para radio y televisión.” Y entre tanta competencia, la confraternidad. “Somos varios los tucumanos que vamos a las picadas, conformamos prácticamente un gran grupo de amigos. Todos detrás de esta locura tan linda.”