26 Mayo 2015
BUENOS AIRES.- Hace tiempo dejó de ser una exclusividad de las democracias avanzadas del primer mundo. Brasil, Chile, Perú, Paraguay, México, Panamá y Guatemala, entre otros, llevan años construyendo su tradición de debates presidenciales. Aquí, a más de tres décadas del retorno de la democracia, los debates públicos entre candidatos sólo han sido posibles para gobernadores, jefes de gobierno y legisladores, pero hasta hoy fue imposible que los candidatos al máximo cargo institucional de la República discutan sus ideas y respondan preguntas juntos.
El inconveniente es siempre el mismo: el que marcha primero en las encuestas no quiere arriesgar y esquiva el debate con distintas excusas. Esa actitud, imposible de imaginar en otros países, aquí no tiene costo político, comenta el matutino “Clarín” en su edición.
Aunque la presión social, la de diversas ONG agrupadas en la iniciativa Argentina Debate y la de la propia clase política va en aumento, se vuelven a repetir viejos vicios. Si bien esta será la primera vez que habrá primarias presidenciales competitivas en diferentes espacios, Daniel Scioli y Mauricio Macri anticiparon que no están dispuestos a debatir con sus rivales internos. Sólo Sergio Massa y José Manuel de la Sota se enfrentarán antes de las PASO.
Pocos han esquivado tanto el debate público y la respuesta a simples preguntas de periodistas como los Kirchner. A siete meses del final de mandato, la Presidenta, Cristina Fernández, sorprendió días pasados pidiendo que los candidatos de su espacio “discutan ideas” y “no pavadas o pantomimas”. Al día siguiente, Aníbal Fernández prometió que el oficialismo impulsará los proyectos para legislar un debate presidencial que cajonea hace años en el Congreso.
Scioli, que se venía mostrando como el más reacio, se vio tocado. “Si el pueblo me da la oportunidad, debatiré después de las PASO”, dijo, esquivando cualquier detalle. Sus colaboradores más cercanos se explayan algo más. “Ni loco Daniel le dará un debate a Florencio Randazzo, que mide un tercio en las encuestas”, sintetizan, siguiendo con la estrategia de ‘ningunear’ al ministro de Transporte y enfocarse en la pelea con Macri.
Justamente, el ministro de Interior dijo aseguró que está dispuesto a debatir con los postulantes de otros partidos e incluso a tener uno cara a cara con Scioli. “Participaría de un debate, no tengo problema en debatir con nadie”, sostuvo Randazzo. El funcionario deslizó que el debate “podría hacerse en la TV Pública” para que cada uno dé a conocer sus ideas. (www.clarin.com)
El inconveniente es siempre el mismo: el que marcha primero en las encuestas no quiere arriesgar y esquiva el debate con distintas excusas. Esa actitud, imposible de imaginar en otros países, aquí no tiene costo político, comenta el matutino “Clarín” en su edición.
Aunque la presión social, la de diversas ONG agrupadas en la iniciativa Argentina Debate y la de la propia clase política va en aumento, se vuelven a repetir viejos vicios. Si bien esta será la primera vez que habrá primarias presidenciales competitivas en diferentes espacios, Daniel Scioli y Mauricio Macri anticiparon que no están dispuestos a debatir con sus rivales internos. Sólo Sergio Massa y José Manuel de la Sota se enfrentarán antes de las PASO.
Pocos han esquivado tanto el debate público y la respuesta a simples preguntas de periodistas como los Kirchner. A siete meses del final de mandato, la Presidenta, Cristina Fernández, sorprendió días pasados pidiendo que los candidatos de su espacio “discutan ideas” y “no pavadas o pantomimas”. Al día siguiente, Aníbal Fernández prometió que el oficialismo impulsará los proyectos para legislar un debate presidencial que cajonea hace años en el Congreso.
Scioli, que se venía mostrando como el más reacio, se vio tocado. “Si el pueblo me da la oportunidad, debatiré después de las PASO”, dijo, esquivando cualquier detalle. Sus colaboradores más cercanos se explayan algo más. “Ni loco Daniel le dará un debate a Florencio Randazzo, que mide un tercio en las encuestas”, sintetizan, siguiendo con la estrategia de ‘ningunear’ al ministro de Transporte y enfocarse en la pelea con Macri.
Justamente, el ministro de Interior dijo aseguró que está dispuesto a debatir con los postulantes de otros partidos e incluso a tener uno cara a cara con Scioli. “Participaría de un debate, no tengo problema en debatir con nadie”, sostuvo Randazzo. El funcionario deslizó que el debate “podría hacerse en la TV Pública” para que cada uno dé a conocer sus ideas. (www.clarin.com)
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