Boca-River: "la elección de Herrera es desafortunada", le dijo Castrilli a LA GACETA

Boca-River: "la elección de Herrera es desafortunada", le dijo Castrilli a LA GACETA

El ex árbitro internacional se refirió al arbitraje del último partido de la trilogía de superclásicos.

EN LA GACETA. Javier Castrilli habló del arbitraje argentino y del Superclásico. (FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO) EN LA GACETA. Javier Castrilli habló del arbitraje argentino y del Superclásico. (FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO)
11 Mayo 2015

El Superclásico entre Boca y River por la definición de los octavos de final de la Copa Libertadores mantiene a todos en vilo. La elección del árbitro para el duelo del jueves por la noche resultó igual de polémica cuando se conoció que el elegido era Darío Herrera y el que se refirió al tema fue nada menos que Javier Castrilli, el ex árbitro internacional y actual dirigente político unido al PRO. El ex juez del fútbol visitó la redacción de LA GACETA y esto es lo que dijo al respecto. 

"Para este partido yo habría puesto a Néstor Pitana (que era la opción más firme junto a Herrera). Si bien él no me garantiza que todo vaya a salir perfecto o que no se vaya a equivocar en el aspecto técnico, es un árbitro con experiencia que hasta dirigió un mundial. Él ya vivió un clima como el que se viene y eso es importante porque los últimos minutos en La Bombonera van a ser terribles, un equipo va a quedar afuera de todo. ¿Sabés lo que es eso?", sostuvo Castrilli sobre el clima que se vivirá en cancha de Boca, sobre todo si el equipo de Rodolfo Arruabarrena no consigue un resultado favorable.

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"Darío Herrera nunca estuvo expuesto a algo así. Además, ¿alguien piensa en la previa del partido? Hoy Herrera está en la mira de todos, todos los medios hablan de él y se va armando una bola de nieve que lo tiene en el medio. ¿Y qué será lo que siente él? No puede llegar así a un Superclásico", entendió el ex árbitro refiriéndose siempre a la importancia que tiene el úlitmo choque de la Trilogía.

"La elección de Darío me parece a todas luces desafortunada. Todos aquellos que hemos pasado por ese camino sabemos lo que representa en la vida de cualquier árbitro dirigir su primer Superclásico. Va cargado no sólo de una connotación simbólica para el árbitro, que explota en todo su círculo más estrecho y genera un impacto importantísimo en la vida del árbitro, también lo puede llegar a marcar a fuergo, para siempre. A parte ese partido, con todas esas características, viene potenciado en el marco de un torneo que a suerte de ese partido, uno de los dos queda eliminado. Encima, también reforzado por el antecedente inmediato anterior. A esa realidad indudablemente que va a sobrevenir no sólo la necesidad imperiosa de ganar, sino también las picas que surgieron como consecuencia del último partido. Un marco de complejidad atravesado por la madre de las pasiones, que habrá de tener como responsabilidad la conducción de Darío. Ojalá, Dios quiera que los jugadores se dediquen a jugar y que él no tenga problemas en la gobernabilidad del juego", apuntó Castrilli.

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El ex árbitro se debuto en un análisis respecto del primer enfrentamiento entre "Millonarios" y "Xeneizes", donde Germán Delfino estuvo por demás permisivo.

¿Qué sensación le dejó?

"Lo vi como lo vio la gente en la calle: un arbitraje que defeccionó por donde se lo mire, principalmente, en el aspecto disciplinario. Estuvo en juego nada menos que la seguridad jurídica del juego, donde se otorgan ventajas deportivas que se ven expresadas en un beneficio injusto al no aplicar el reglamento como corresponde. Cuando se va arteramente a neutralizar al adversario, como lo hicieron con Fernando Gago, con mecanismos violentos, debe emerger la figura del árbitro y del reglamento; expresarse con medidas disciplinarias que no se manifestaron", sostuvo Castrilli, duro con la actuación de Delfino.

"Todo esto es la consecuencia de la conducción de los árbitros en este momento. Es el producido de un despropósito de larga data, en donde el arbitraje argentino está en manos de personas que no están capacitadas para dirigir el arbitraje. Sin ir más lejos, Miguel Scime nunca fue árbitro internacional, y está conduciendo el arbitraje argentino. Aquel que no respiró lo que es dirigir un clásico sudamericano, o participar de un Mundial, de un evento de FIFA, no está capacitado para aconsejar a los arbitros internacionales sobre cuál habrá de ser su manera de conducirse. Desde el vamos es una de las herencias de la era Grondona, que debieran ser rectificadas, porque acá tenemos las consecuencias", disparó Castrilli. Durísimo.

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