Giamba, una historia escrita en dos continentes

Giamba, una historia escrita en dos continentes

El artista fue uno de los fundadores en Tucumán de la mítica “La pequeña banda de Trícupa” El guitarrista nacido en Jujuy vive en Francia desde hace 40 años, y tocará hoy en Managua

11 Febrero 2015
Las historias toman la categoría de mito a medida que trascienden generaciones y el relato oral rellena los vacíos documentables. En ese espacio de la memoria colectiva se ubica “La pequeña banda de Trícupa”, el legendario grupo de comienzos de los 70 que marcó una etapa en el rock local y que no dejó ningún registro sonoro del paso por escenarios tucumanos y porteños.

Uno de tantos secretos que se llevó la banda fue el nombre de uno de sus fundadores: Roberto Eduardo Giambastiani. Nadie lo llama así; para todos es Giamba, el guitarrista y compositor que hoy vuelve a Tucumán, para cantar canciones propias y clásicas del folclore, en Casa Managua, junto a Lucho Hoyos y a Luis Albornoz (otro Trícupa, que completaban Juan Escalante, Papucho Díaz y Oscar Pájaro Imhoff).

“Trícupa me evoca los años de la juventud y el descubrimiento de Tucumán. Yo apenas llegaba de mi Jujuy natal para estudiar Arquitectura, que nunca terminé porque se metió la música. Tuve el honor de viajar en uno de los últimos tranvías, entre la terminal y la pensión de Chacabuco al 500 donde viví. Literalmente, me emborrachaba con el olor de los azahares caminando por el barrio”, afirma en su entrevista con LA GACETA.

- ¿Cómo empezó todo?

- Yo cantaba folclore con mi hermano, y en un concierto de “Los sabuesos” en el teatro Alberdi nos invitaron a cantar. Me mandé mis temas, y al final me enganchó Albornoz y me propuso sumarme en un proyecto, que terminó siendo Trícupa.

- ¿Ya cantabas rock entonces?

- No sé cómo lo catalogaría. Era una cosa muy ecléctica. Creo y espero no haber perdido nunca las raíces folclóricas. Yo tocaba una guitarra virtual, porque no tenía una propia sino que siempre me prestaban alguna.

- ¿Qué recuerdos quedan?

- Hubo grandes recitales y experiencias, como haber participado del Buenos Aires Rock de 1972 (el BA Rock) y terminar siendo el único grupo que aplaudieron de pie junto a Vox Dei. No podíamos creer estar ante 25.000 personas y en un escenario tan grande, cuando acá nos presentábamos para unos cuantos y con los mangos de las violas para arriba para no golpearnos. Fue un pánico corto, pero intenso, y siento que ahí se nos quemaron los cartuchos. Nos propusieron un contrato por un año, pero sin pagarnos nada y no podíamos aceptarlo. Nos volvimos con la cabeza gacha y al poco tiempo se comenzó a respirar el clima de la brutal opresión que sufrimos.

- ¿Por qué te fuiste a París?

- Porque la gente empezó a ser perseguida y desaparecida. A mí me secuestraron un tiempo y cuando me perdonaron la vida, decidimos irnos con mi pareja de siempre, Sara Carrizo, en 1975, lo más lejos posible. Llegamos a España el día en que murió Francisco Franco y recalamos en París. La idea era respirar un poco, tomar aire y volvernos en poco tiempo; ya hace 40 años. Trabajé en muchas cosas para llenar la heladera, desde dibujante en una empresa de la construcción hasta un restaurant cooperativo.

- ¿La música siempre estuvo?

- Siempre. El exilio me hizo conocer otras culturas y había mucho público de folclore latino. Tuve varios grupos, algunos muy reconocidos como “Pucará, de música andina y “Mamboretá”, de salsa tradicional. También formamos “Chibcha”, de ritmos latinoamericanos, “Pura vida”, de rock y hasta tango con “Flor de tango”, con un bandoneonista que no era Aníbal Troilo, pero yo no soy Carlos Gardel. Ahora estoy terminando mi primer disco solista, con 14 de mis temas.

- ¿Compusiste en francés?

- No, tengo un par de temas pero son divertimentos. Es muy difícil componer en otro idioma y más en francés, que las palabras pueden significar distintas cosas según en qué parte de la frase la ponés o su entonación, y entonces el público puede malinterpretar lo que quisiste decir.

- ¿Qué se va a escuchar en el recital de esta noche?

- Hace cuatro años que no vengo y tengo muchas ganas de tocar. Vamos a abrir la noche con temas de Cuchi Leguizamón, luego viene Lucho, que es uno de los músicos argentinos que escucho afuera, y cierro con algunas composiciones folclóricas mías, con mis vivencias y sensaciones. Hay muchos artistas que me gustan y sigo, como Juan Popi Quintero y Luna Monti o Tonolec.

ACTÚA HOY

• A las 22.30, en Casa Managua (San Juan 1.015).

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