23 Diciembre 2014

Daniel Mirkin - danielmirkin@arnet.com.ar

Los dos clubes más importantes de la provincia fracasaron al intentar alcanzar los objetivos deportivos y desilusionaron a cientos de miles de aficionados que queremos ver a Tucumán representada en divisiones superiores.

Debido al descuido de las Inferiores, los clubes locales se ven obligados, para intentar competir con éxito, a contratar jugadores y cuerpos técnicos de otras provincias gastando enormes sumas de dinero. Los técnicos no pueden ser elegidos por intuición, como declaró un dirigente que parece dispuesto a tropezar con la misma piedra. En tiempos en que mi hermano conducía San Martín, consultaba con otros dirigentes y antes de contratar a un cuerpo técnico o jugadores, enviaba emisarios a indagar, no sólo sobre las condiciones técnicas sino fundamentalmente a pedir referencias de sus antecedentes personales, sociales y culturales. Con esa fórmula se equivocó poco. Ahora se pagan enormes cifras pero no se atiende algo sustancial: el aspecto psicológico. Son muchas las presiones que soportan por culpa de las barras, de dirigentes autoritarios, de la prensa y de sus propios problemas personales. Todo eso incide en el rendimiento.

Para mantener un plantel de jugadores y cuerpo técnico se necesita más de un millón de pesos mensuales. Un psicólogo deportivo cuesta entre 25.000 y 30.000 pesos por mes. Es absurdo decir que no alcanza el dinero para pagar uno.

Diego Cocca, DT de Racing, adjudicó el éxito a dos aspectos fundamentales: haber consolidado el grupo humano y controlado la ansiedad de los jugadores. Seguramente hay asesores psicológicos que aportaron sus conocimientos en pos de un éxito colectivo.

A quienes no lo escucharon les recomiendo leer los libros de Marcelo Roffe, psicólogo deportivo que tiene importantes antecedentes en el fútbol nacional y en el internacional.

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