“Dedicarse a la animación es decidir no crecer nunca”

“Dedicarse a la animación es decidir no crecer nunca”

El corto “El insomnio del artista”, hecho con la técnica de stop motion y en formato 3D, cerrará el Gerardo Vallejo. “Nos salió por no tener guita”.

EQUIPO. Vides Almonacid dirigió el filme y su esposa Marina García fue la directora de Arte.  FOTOS DE EL INSOMNIO DEL ARTISTA EQUIPO. Vides Almonacid dirigió el filme y su esposa Marina García fue la directora de Arte. FOTOS DE "EL INSOMNIO DEL ARTISTA"
02 Noviembre 2014
A veces un gran éxito es el resultado de una cadena de contingencias. Mauricio Vides Almonacid no podría haber previsto, por ejemplo, que la imposibilidad de comprar maquetas estándar lo haría dueño de un sello que luego aplaudiría el mundo entero. “Mirá, es muy irónico: por no tener plata hicimos un corto con un estilo propio, que los yankees creen que sale fortunas”, dice. Se refiere a “El insomnio del artista”, la película de animación (con técnica de stop motion) con la que hoy cerrará el Festival Tucumán Cine y cuyas escenografías fueron construidas con materiales de desecho y reciclados.

Vides Almonacid -director general- y su esposa Marina García Navarro -directora de Arte- habían construido a pulmón los sets donde transcurre la historia de un pintor con problemas para dormir (siempre asistidos y apoyados por el cineasta y dibujante Bernardo Vides Almonacid, papá de Mauricio). La intención primera era participar del Festival de Cine de Animación de Annecy, en Francia. Pero entonces sucedió el segundo imponderable: nadie menos que el director Juan José Campanella accedió a un video del making off del corto y lo elogió en su cuenta de Twitter, comparando a los tucumanos con Tim Burton. 140 caracteres y un click, y los realizadores ya estaban en boca de grossos de todos los continentes.

La tercera contingencia fue una consecuencia de la segunda. A partir de la formidable publicidad de Campanella, Gerardo Robles -uno de los encargados de la postproducción de “El insomnio...”- le propuso a Vides Almonacid ir más allá en el formato de presentación del filme. “Fue muy jugado el chabón. Me dijo ‘lo hagamos onda Metegol, yo sé hacer el 3D’, y se puso a trabajar en eso. También apareció en ese momento Amadeo López, un compositor de música para películas, que quería aportar lo suyo al trabajo. La verdad es que la música quedó genial, es un goce aparte. Así el proyecto fue tomando más fuerza y seriedad, al estilo Hollywood”, señala.

Y es muy cerca de Hollywood, precisamente, de donde han tentado a Vides Almonacid para desarrollar otros proyectos de animación y hasta instalar su propia compañía. Aunque, antes de eso, en Estambul también esperan al tucumano. “Me contratan para que haga la asistencia de dirección de una película animada y a Marina para que dé el ok en algunas maquetas. No es mucha la paga, pero la experiencia es bastante buena. ¡Es nuestra oportunidad de conocer Europa!”.

Contraste que duele

Maravillado con esto que le está ocurriendo, el director no deja de remarcar que la piedra basal del proyecto ha sido material que otras personas podrían considerar basura. “Trabajar con reciclados definió nuestro estilo; la textura y estética de las maquetas les voló la cabeza a todos. Y eso nos salió por no tener guita, porque no podíamos comprar casitas y arbolitos estándar. Pero nos dimos maña con lo que tuvimos. Eso es lo que me gusta transmitir: por ahí es complicado filmar un corto con actores, pero en la animación vos manejás el equipo y tu mundo”.

- Es como jugar toda la vida con muñecos.

- Totalmente. Entrar al mundo de la animación es decidir no crecer nunca. Es laburo, pero a la vez no estás laburando. Es como jugar toda la vida y eso es genial.

Pero incluso en lo que está planteado como un juego eterno hay momentos amargos. Cuando habla del tiempo que les insumió el armado de los sets, Vides Almonacid relata que lo que otros demoran en construir siete meses, ellos lo resolvieron en un mes y medio. El trasfondo de esa agilidad no es, sin embargo, una situación feliz. “Lo hicimos rápido para no volvernos locos porque encima de que no teníamos un mango, en Tucumán no nos daban bola. Nos dijimos ‘hagamos algo porque afuera hay gente que sí valora nuestro laburo’. La verdad es que lo hicimos pensando en la gente de afuera”.

El director admite que le duele el contraste entre el reconocimiento que ha logrado en el exterior y una suerte de apatía local. “Me duele irme, pero en esta provincia me han cerrado las puertas. Campanella me atiende el teléfono cuando tengo una inquietud, pero el director de Canal 10 no me contesta los mails cuando le propongo hacer algo. Hay gente que trabaja con Tim Burton que está como loca tratando de que vayamos a laburar allá, pero aquí no hemos conseguido el apoyo de un bar para ir a comer después del estreno. Es frustrante -lamenta-. Con el Incaa estoy muy agradecido porque nos ayuda mucho, pero es difícil presentar proyectos de modo constante”.

Todas estas sombras se disiparán esta noche, al menos por un puñado de minutos, cuando Mauricio entre al Atlas, el primer cine que pisó cuando niño para ver “El retorno del Jedi”. “Es un flash estrenar allí, me pone nervioso. Pero, antes que eso, la función de hoy es un homenaje a las familias de todos los que laburamos en esto, porque nos bancaron y pusieron fichas -Vides Almonacid suspira al otro lado de la línea-. Sobre todo a mi papá, el gran amor de mi vida”.

HOY, A LAS 20

• El corto se proyectará en el cine Atlas (Monteagudo al 200). Luego se anunciarán los ganadores del Festival.

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