Golpe a la realidad

Golpe a la realidad

Los catalanes dejaron dudas.

DESCONOCIDO. Lionel Messi no jugó bien y no pudo lograr un récord. DESCONOCIDO. Lionel Messi no jugó bien y no pudo lograr un récord.
26 Octubre 2014
El balance de la derrota ante Real Madrid (3 a 1) es contundente. “El resultado es justo”, admitió Gerard Piqué, muy desafortunado en todo un partido que demostró que las apuestas audaces no siempre salen bien: Luis Enrique puso al uruguayo Luis Suárez de titular tras cuatro meses sin jugar partidos oficiales, y el uruguayo demostró que mantiene el instinto y la ambición, pero que también los “cracks” necesitan rodaje. Tanto en su debut en Ajax como en Liverpool había anotado. En Barcelona, aunque lo intentó, no pudo.

El entrenador apostó también por Xavi Hernández, un jugador que marcó por años la identidad del mejor Barcelona, pero que hoy tiene que necesariamente sentirse extraño en un equipo que quiere ser vertical y no termina de serlo, al tiempo que pierde ese dominio del balón que lo hizo único. El croata Ivan Rakitic, el hombre que sí se siente cómodo en la verticalidad y la dinámica anárquica, jugó sólo la media hora final.

Barcelona se frotaba las manos ante una tarde feliz, porque Neymar había mostrado su talento para anotar el 1-0 en una jugada que inició Lionel Messi rompiendo la cintura de dos rivales, continuó Suárez y definió el brasileño, que pareció encandilar a sus dos lejanos marcadores.

Messi, ese jugador indefinible en cuanto a posición, jugaba entre el mediocampo y la mediapunta, era el inicio de todo, aunque también aspiraba a ser el final: con un gol habría igualado a Telmo Zarra como máximo anotador en la historia de la Liga española. Con dos, el récord sería suyo y sólo suyo.

Nada de eso: no hubo récord de Messi y se acabó el del chileno Claudio Bravo, que mantuvo vírgenes sus redes en los primeros ocho partidos -754 minutos- hasta que que Cristiano Ronaldo, con un tanto de penal, le rompió la marca. No es lo mismo medirse a Real Madrid que a tantos otros rivales de la Liga.

Y por eso, porque no es lo mismo, a partir de ahí comenzó a apagarse Barcelona. Ya no habría margen para jugadas de fantasía como la que intentó Neymar ante James Rodríguez en el inicio, intentando pasar al colombiano tras aprisionar la pelota con ambas piernas.

El 2-1 de Pepe agravó los problemas del visitante, pero la estocada fue el error de un símbolo como Andrés Iniesta, que no se entendió con Javier Mascherano y, tras pelear en la banda la pelota con Isco, lo único que logró fue una generosa habilitación para el rival, que precipitó el contraataque para el 3-1 blanco.

“Ese tercer gol nos ha hecho mucho daño”, admitiría después Luis Enrique, que no buscó excusas: “Este partido es una demostración de que hay rivales que juegan tan bien como nosotros o incluso mejor”. Frustrantes palabras.

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