La receta de un Lawn Tennis campeón

La receta de un Lawn Tennis campeón

Chavanne, Argüello y Fanjul, entrenadores de los “Benjamines", coinciden en señalar la unión y al trabajo en juveniles como claves.

REFERENTES. La experiencia de Haustein, Manuel Cáceres, Mentz, Santiago Chavanne, Rengel, entre otros, sirvió para guiar el crecimiento de las nuevas figuras que llegaron al plantel superior “benjamín”, y que tomarán la posta en el futuro. REFERENTES. La experiencia de Haustein, Manuel Cáceres, Mentz, Santiago Chavanne, Rengel, entre otros, sirvió para guiar el crecimiento de las nuevas figuras que llegaron al plantel superior “benjamín”, y que tomarán la posta en el futuro.
20 Octubre 2014
Cuando Lawn Tennis finalizó el Regional 2013 en un lejano octavo lugar, dejando atrás cuatro títulos y un subcampeonato, muchos vieron avecinarse tiempos de sequía, esos que acompañan a los procesos de recambio. Sin embargo, el “tricolor” sorprendió a todos, incluso a sí mismo, recuperando la corona del noroeste apenas un año después, y frente a un temible Tucumán Rugby. El conjunto del Parque rompió la paridad con Universitario y se convirtió en el club más ganador de la última década. Parte del crédito le corresponde a los arquitectos del plantel: José Chavanne, Patricio Argüello y Diego Fanjul.

“Cuando nos tocó asumir la dirección técnica, acordamos que este debía ser un proyecto a largo plazo. Sorprende lo rápido que se logró el objetivo, aunque también es cierto que esto viene de un trabajo que se hace desde juveniles. Nosotros ya los conocíamos a los jugadores tan bien como ellos a nosotros”, explica Chavanne, cabeza del staff.

“La verdad, al principio el objetivo era terminar entre los cuatro mejores y si era posible clasificar al Nacional de Clubes. El apuntalamiento de los más grandes para marcar el camino fue fundamental”, asegura Fanjul.

“Al empezar, le pedimos a algunos referentes que continuaran un tiempo más para que guiaran a los más chicos que venían apareciendo. Se logró el complemento perfecto: los más experimentados se pusieron el equipo al hombro en los momentos difíciles, contagiados por el entusiasmo de los más nuevos. Además, en el club se está trabajando con el objetivo de que los chicos aprendan a jugar partidos como el de ayer. Uno les puede dar indicaciones durante toda la semana, pero los que entran a la cancha son ellos, y deben aprender a resolver situaciones solos”, completa Chavanne.

Recambio
Sólo en el Regional, Lawn Tennis utilizó a 53 jugadores, más que ningún otro. Si se cuentan los de la pretemporada y el Torneo del Interior, la cifra es superior a 60. Con ello se derriba la creencia de que los campeones salen siempre de memoria.

“Totalmente. Gracias a Dios tuvimos la mano para encontrar el equilibrio entre los grandes y los más chicos. Hay algunos que jugaron muy poquito, pero cuando entraron, cumplieron con lo que se les pidió”, sostiene Argüello.

“Hay que reconocer que el formato te lo permite. En la fase clasificatoria pudimos probar muchos jugadores y también varios planteos, para ver si nos servían para los momentos claves. A eso se debieron las intermitencias de las que se habló”, argumenta “Pepe” Chavanne.

Sinergia
Los técnicos coinciden en señalar que, si bien la experiencia fue la clave de la final, lo que les permitió llegar hasta ahí fue la comunión del plantel, pese a tratarse de uno muy numeroso y diverso.

“No tenemos grandes estrellas. Lo que tenemos es un grupo muy sólido, y personalmente yo prefiero eso”, señala Fanjul.

“Existe una gran humildad y respeto en este equipo. Nadie se cree mejor que nadie ni se pone por delante. Ninguno tiene problemas en reconocer si otro jugador está en mejor nivel y merece más ser titular”, sostiene Chavanne.

Lawn Tennis debe ir haciéndose a la idea de que algunos de sus referentes quizás no estén en la temporada 2015. Por caso, la figura del partido decisivo, Federico Mentz. “Ojalá se quede. Pero después de todo lo que nos ha dado, no se le puede exigir más”, agradece Argüello, con la voz de un hincha más.

“Es muy lindo ver todo el trabajo reflejado en la alegría de la gente. Ver sonreír al club otra vez lo sentía como una obligación. Y si se perdía, se iba a festejar igual, porque fue un gran año”, cerró “Petu”.

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