Fiel a su principio de austeridad el papa Francisco puso punto final a la venta de los tradicionales pergaminos con bendición papal en las tiendas aledañas a la basílica de San Pedro. La costumbre que dio origen a las dedicatorias continuará, pero a precios más bajos, únicamente en sede vaticana y con el solo fin de recaudar dinero para los pobres.
En el marco de la nueva política económica de transparencia, control de gastos y austeridad, el Papa prohibió la venta de pergaminos con bendiciones, que hace ganar grandes sumas a las tiendas de la Via della Conciliazione, teniendo en cuenta que cada una emite entre 15.000 y 20.000 pergaminos por mes, señala una nota del diario La Nación. Es una costumbre arraigada desde tiempos del papa León XIII que los fieles que visitan Roma no regresen a sus casas sin “la bendición papal” de recuerdo. Incluso se suelen llevar varios pergaminos de regalo a distintos miembros de la familia, amigos o instituciones y en ocasiones especiales como bautismos, casamientos, aniversarios de casados y confirmaciones. Todos llevan el nombre del destinatario, con la firma y la foto del Papa de turno.
Cada pergamino cuesta entre 10 y 50 euros, dependiendo del papel, el diseño y la caligrafía. Pero además hay que pagar el envío por correo, que dependerá de cuán lejos se encuentre el destino de la ciudad vaticana. A los 30 días, llega la bendición el Papa por correo. Esta gestión se realiza en la Limosnería Pontificia y en locales comerciales, pero estos últimos la cobran más caro y sólo destinan una mínima parte a la limosnería apostólica pontificia, la oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad a los pobres en nombre del Papa. Significa que por cada bendición vendida a 50 euros, sólo tres euros van para fines benéficos.
Luego de analizar la cuestión el papa Francisco decidió sacarles la concesión a los que venden estos recuerdos. La prensa italiana informó que a partir de enero quien quiera una bendición papal tendrá que pedirla directamente a la limosnería pontificia, personalmente o por correo. Sólo se pagará entre seis y 25 euros, según el tamaño, por gastos de impresión y papel.