“Buenos Aires es la mejor de las musas” y “me gustaría ser Carlos Gardel, pero me falta mucho”. Sólo dos frases de las muchas en conferencia de prensa pintan el personaje, Joaquín Sabina, que no viene desde hace tres años. Era la presentación de sus 14 conciertos solista, con dos noches en Córdoba, Corrientes y Rosario, y a partir de hoy, en el Luna Park, informó DyN.
La cantante israelí Noa lo secundará en sus shows, donde montarán una escenografía con una pantalla central que mostrará imágenes de pinturas y dibujos del intérprete, material que incluyó en un libro editado en Argentina.
El show “500 noches para una crisis” se basa en los temas de “19 días y 500 noches”, su álbum editado en 1999 que, según el cantante, envejecieron bien y es el disco más intenso que hizo nunca.
Reconoció que hace unos meses descubrió que el disco es fundamental.
“Fue el año que cumplí 50 y fue el último verano para mi juventud porque conseguí estirarla de un modo casi suicida hasta esa edad -afirmó-. Ese año tuve un ictus, dejé además algunas costumbres no demasiado saludables, dejé de pasar las noches en los bares y, también a los 50, me dejaron y me volví a enamorar”.
“Escribí ese disco en sesiones muy intensas de días enteros y de noches sin dormir, con una intensidad que luego no volví a tener para grabar o para escribir canciones”, manifestó. “Soy un estafador, pero no tanto, sigo siendo el mismo pero con 15 años más”, afirmó, y sostuvo que el público lo motiva a subirse al escenario. “Es diferente en lo que te mandan y les das -definió-, pero en cuanto se repitan tres días iguales es el momento de decir chau y de jubilarse en serio”.
El abismo y el Papa
“La Argentina que yo amo es loca, siempre al borde del abismo y siempre renaciendo, esa demencia argentina es la que yo amo”, declaró.
Finalmente, desestimó la posibilidad de componer un tema para el papa Francisco: “soy poco piadoso, pero sí le haría uno a las novias de (Diego) Maradona o los 12 apóstoles o a Popeye, pero a (Jorge) Bergoglio no”.