Una dura negociación
28 Agosto 2014

Sara Lemel - Columnista de DPA

Los acuerdos para poner fin a la guerra suponen una vuelta al pacto alcanzado en 2012, tras la guerra anterior. En el plazo de un mes, israelíes y palestinos viajarán a El Cairo para conversaciones en las que deberán abordar asuntos complicados. Si no se alcanza un acuerdo en la región podría volver a desatarse la violencia. Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio a conocer las claves del acuerdo. “Todas las actividades violentas serán suspendidas, sin excepciones”, afirmó. La medida también se aplicará a los asesinatos selectivos de milicianos en Gaza. Se abrirán todos los pasos fronterizos entre Israel y la Franja para el paso de mercancías y ayuda y para facilitar la reconstrucción de Gaza. Los salarios de los funcionarios de Hamas serán pagados por la administración del presidente palestino, Mahmud Abbas. El cese de las transferencias de dinero fue uno de los principales puntos de debate entre Israel y Hamas, la facción palestina que controla la zona. Egipto puso sobre la mesa una iniciativa así a la semana del inicio de la guerra. Israel la aprobó entonces, pero Hamas la rechazó. Visto así, podría pensarse que Hamas luchó durante un mes para nada. El grupo islámico se considera la vencedora de la guerra, y así lo ven también algunos comentaristas en Israel. Pero, el principal objetivo de Israel en las negociaciones será evitar el rearme de Hamas. Al grupo islamita le quedarían un 30 % de los 10.000 misiles con los que contaba. Con la destrucción de muchos de los túneles de contrabando, a Hamas le resultará ahora bastante más difícil recuperar su arsenal.

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