17 Agosto 2014
ROMÁNTICA. Rosana tiene una fuerte vinculación con su público, que se reedita en sus presentaciones en vivo.
“Si tú no estás aquí”, “A fuego lento”, “El talismán”, “Carta urgente”… Es difícil encontrar alguna canción de Rosana que la gente no conozca de memoria, al menos, el estribillo.
La española, que debutó en el mercado musical a mediados de los 90, se hizo conocida con el álbum “Lunas rotas”, en el que “El talismán” era, precisamente, el corte de difusión. A partir de allí, vendió millones de copias en una carrera artística que no se detiene, y que ahora la trae al norte como parte de una gira para presentar su último disco “8 Lunas”, que grabó con 16 invitados.
Rosana le dice a LA GACETA que para esa producción “se armó una cosa simpática de llamar a algunos compañeros y decirles ‘si esta canción no la hubiera cantado yo, me hubiera encantado que la cantaras tú’”. “Así aparecen esos artistas que acaban convirtiéndose en protagonistas del CD y que me transforman a mí en la invitada del disco”, confiesa.
Entusiasmada mientras recorre Buenos Aires, admite que disfruta de la capital argentina. “Y sí, tengo una predilección especial por este lugar, porque entiendo que mis canciones han triunfado y han sido bien recibidas inmediatamente después que en España”, responde. La entrevista es rápida: solo tiene escasos minutos, pero son suficientes para que deje en claro dos o tres ideas que la persiguen en toda su producción.
Su visita se demoró casi un mes: originalmente estaba pautada para fines de julio, pero sus músicos se intoxicaron con alimentos en mal estado y debió ser reprogramada. Pero el furor de sus seguidores no se aplacó, y pocas entradas quedan disponibles para el show de mañana en el Casino Parque del Sheraton Hotel, único lugar donde el remanente está a la venta.
- Pese a los contratiempos, tu gira no se detiene.
- Seguimos sin parar. Es de un mes y medio y regreso el próximo año, después de algunos contratiempos. La Argentina es un lugar especial para mí, predilecto, porque fue el segundo país en el que tuve éxito después de la misma España. Y cada vez, hay más gente que se acerca; siempre llega público nuevo a los recitales, algunos más jóvenes, y se mantiene al anterior. Con los años se ha dado este proceso. Es una retroalimentación entre las dos generaciones. Me encanta despertar sonrisas en la gente: ahí siento que mi misión está cumplida. Mi gente me dio la vida, la vida me dio la música y la música me devolvió a la gente.
- Supongo que te cuentan que uniste parejas con tu música…
- Sí, siempre comentan que se conocieron a través de mis canciones, incluso de que se han casado. El rollo de verles la cara a los fans cuando son felices en mis shows no puedo explicarlo ni yo, sólo quiero que siga pasando.
- ¿Y qué es lo más fuerte que te pasó arriba de un escenario?
- Muchos espectadores se suben al escenario. Me ha tocado firmar, alguna vez, ropa interior. Pero ya son cosas normales y corrientes, y soy una enamorada del ser humano. Claro que también está la gente que se te acerca y te pide que vuelvas o te cuenta sus cosas. Quiero seguir indagando en eso y haciendo canciones hasta ver si encuentro esa de la que todos hemos hablado: la que cambie el mundo. Sigo buscando la canción que cambie al mundo.
- ¿A qué apostás en esta etapa de tu carrera?
- Sigo apostando a las emociones, en cierta forma al amor, pero entendido como una filosofía de vida. No siempre el amor es el centro de la temática, sino cosas que tienen que ver con el mundo de la naturaleza. Busco las emociones del ser humano, porque quiero que el mundo sea mejor.
- ¿Tu objetivo es emocionar?
- Más que emocionar, me interesa cantar la verdad de lo que siento; tengo mucha honestidad con lo que hago. Hay que alimentarse siempre de las cosas que uno descubre, pero no creo que esto deba ser premeditado y estudiado, como hacen algunos artistas. Prefiero que salga de forma impulsiva. Escribo lo que siento.
- ¿Hubo algún cambio en los temas sobre los que cantás?
- Al principio, mis canciones eran retratos de mis emociones, de mis encuentros personales, de amigos, de pareja, como “Si tú no estás aquí” o “Lunas rotas”; ahora hablo de un amor más universal y de las preocupaciones del mundo. Son una llamada a la conciencia de la gente, para que no se deje caer en la desesperanza que nos inunda.
FUNCIONES
• Hoy actúa en el Teatro del Huerto de Salta, y mañana en el Sheraton Hotel de Tucumán (avenida Soldati 440).
La española, que debutó en el mercado musical a mediados de los 90, se hizo conocida con el álbum “Lunas rotas”, en el que “El talismán” era, precisamente, el corte de difusión. A partir de allí, vendió millones de copias en una carrera artística que no se detiene, y que ahora la trae al norte como parte de una gira para presentar su último disco “8 Lunas”, que grabó con 16 invitados.
Rosana le dice a LA GACETA que para esa producción “se armó una cosa simpática de llamar a algunos compañeros y decirles ‘si esta canción no la hubiera cantado yo, me hubiera encantado que la cantaras tú’”. “Así aparecen esos artistas que acaban convirtiéndose en protagonistas del CD y que me transforman a mí en la invitada del disco”, confiesa.
Entusiasmada mientras recorre Buenos Aires, admite que disfruta de la capital argentina. “Y sí, tengo una predilección especial por este lugar, porque entiendo que mis canciones han triunfado y han sido bien recibidas inmediatamente después que en España”, responde. La entrevista es rápida: solo tiene escasos minutos, pero son suficientes para que deje en claro dos o tres ideas que la persiguen en toda su producción.
Su visita se demoró casi un mes: originalmente estaba pautada para fines de julio, pero sus músicos se intoxicaron con alimentos en mal estado y debió ser reprogramada. Pero el furor de sus seguidores no se aplacó, y pocas entradas quedan disponibles para el show de mañana en el Casino Parque del Sheraton Hotel, único lugar donde el remanente está a la venta.
- Pese a los contratiempos, tu gira no se detiene.
- Seguimos sin parar. Es de un mes y medio y regreso el próximo año, después de algunos contratiempos. La Argentina es un lugar especial para mí, predilecto, porque fue el segundo país en el que tuve éxito después de la misma España. Y cada vez, hay más gente que se acerca; siempre llega público nuevo a los recitales, algunos más jóvenes, y se mantiene al anterior. Con los años se ha dado este proceso. Es una retroalimentación entre las dos generaciones. Me encanta despertar sonrisas en la gente: ahí siento que mi misión está cumplida. Mi gente me dio la vida, la vida me dio la música y la música me devolvió a la gente.
- Supongo que te cuentan que uniste parejas con tu música…
- Sí, siempre comentan que se conocieron a través de mis canciones, incluso de que se han casado. El rollo de verles la cara a los fans cuando son felices en mis shows no puedo explicarlo ni yo, sólo quiero que siga pasando.
- ¿Y qué es lo más fuerte que te pasó arriba de un escenario?
- Muchos espectadores se suben al escenario. Me ha tocado firmar, alguna vez, ropa interior. Pero ya son cosas normales y corrientes, y soy una enamorada del ser humano. Claro que también está la gente que se te acerca y te pide que vuelvas o te cuenta sus cosas. Quiero seguir indagando en eso y haciendo canciones hasta ver si encuentro esa de la que todos hemos hablado: la que cambie el mundo. Sigo buscando la canción que cambie al mundo.
- ¿A qué apostás en esta etapa de tu carrera?
- Sigo apostando a las emociones, en cierta forma al amor, pero entendido como una filosofía de vida. No siempre el amor es el centro de la temática, sino cosas que tienen que ver con el mundo de la naturaleza. Busco las emociones del ser humano, porque quiero que el mundo sea mejor.
- ¿Tu objetivo es emocionar?
- Más que emocionar, me interesa cantar la verdad de lo que siento; tengo mucha honestidad con lo que hago. Hay que alimentarse siempre de las cosas que uno descubre, pero no creo que esto deba ser premeditado y estudiado, como hacen algunos artistas. Prefiero que salga de forma impulsiva. Escribo lo que siento.
- ¿Hubo algún cambio en los temas sobre los que cantás?
- Al principio, mis canciones eran retratos de mis emociones, de mis encuentros personales, de amigos, de pareja, como “Si tú no estás aquí” o “Lunas rotas”; ahora hablo de un amor más universal y de las preocupaciones del mundo. Son una llamada a la conciencia de la gente, para que no se deje caer en la desesperanza que nos inunda.
FUNCIONES
• Hoy actúa en el Teatro del Huerto de Salta, y mañana en el Sheraton Hotel de Tucumán (avenida Soldati 440).
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