Si ya no oís como antes, quizás te afecta la presbiacusia

Si ya no oís como antes, quizás te afecta la presbiacusia

Después de los 65 años, una de cada tres personas tiene problemas auditivos. El sonido nítido y natural se recupera con audífonos

18 Julio 2014
- ¡Hola abu...! Mmm qué rico olor a comida ¿Qué estás preparando hoy...?, pregunta Lucas apenas ingresa, como de costumbre, a la casa de su nona.

- (Silencio) Pilar sigue cocinando sin pestañar...

- ¡Hola abuuu...! ¡Contestame! ¿qué estás preparando? ¿ me invitás a almorzar con vos? insiste ya dentro de la cocina.

- ¡Hola hijo! Qué costumbre que tenés de entrar en silencio. ¡Me hacés asustar...! contesta al fin Pilar en voz alta y frunciendo el ceño, mientras se acerca a besar a su nieto.

- Abu, no te enojés, pero cada día oís menos....

- Escucho perfectamente. Vos sos el pícaro que entrás despacito, sin llamarme como antes...

En realidad, la que no escucha como antes es Pilar, que ya pasó la barrera de los 70, lleva una vida activa pero cada vez habla más fuerte, pone más alto el volumen del TV y hasta pide que le repitan las frases. “No entendí bien lo que me dijiste”, “ustedes hablan entre dientes”, “hablen claro, por favor”, aduce para negar la dificultad auditiva.

A medida que pasan los años, empezamos a notar dificultades para oír bien. Muchas veces minimizamos esta situación por considerarla natural de la vejez. Sin embargo, prestar atención a las señales y realizar una consulta profesional para recibir un diagnóstico y tratamiento mejora considerablemente la calidad de vida. Sobre todo cuando estas afecciones acarrean problemas emocionales y dificultades en la comunicación interpersonal y en la convivencia social.

Factor hereditario

La pérdida auditiva relacionada con el envejecimiento se llama presbiacusia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres personas mayores de 65 años tiene pérdida de audición, o sea que hay 165 millones de personas en esta condición en el mundo. Hasta ahora se desconocen las causas exactas de la presbiacusia, por eso se la considera hereditaria ya que aqueja a unas familias más que a otras.

“A medida que envejecemos, el tímpano va perdiendo elasticidad, y las uniones entre los huesecillos del oído medio se van endureciendo, lo que perjudica la transmisión del sonido. Además, en el oído interno la cantidad de células ciliadas disminuye y por eso perdemos la capacidad para comprender el habla cuando hay ruido de fondo”, explica la fonoaudióloga Alicia Zubizarreta.

La presbiacusia no es reversible y se manifiesta generalmente a partir de los 60 años. Sin embargo, puede tratarse con el uso de audífonos y dispositivos de ayuda auditiva, que contribuyen a mejorar la audición y la socialización. Esto evita la frustración y el aislamiento que experimentan muchos adultos mayores que están en esta condición, pero se niegan a aceptar de buenas a primera su problema.

El uso de audífonos, en opinión de Zubizarreta, es el tratamiento acertado para paliar la situación. Hoy en día, gracias al desarrollo tecnológico alcanzado existen diversos modelos, y la mayoría cuenta con una variedad de posibilidades, parámetros y características que compensan casi todas las pérdidas auditivas. Además, es posible adaptarlos en forma personal e individual de modo que cada usuario pueda alcanzar un sonido nítido, natural y agradable.

Si te pasa esto...

Si a diario enfrentás algunas de las situaciones que mencionaremos a continuación, tenés que consultar a un especialista para que te realice los estudios de audición y determine si se trata de una pérdida auditiva:

- Pedís a tu interlocutor que te repita lo que ha dicho.

- Ponés el volumen del televisor a un nivel que resulta muy alto para los demás.

- Tenés dificultades para entender las conversaciones telefónicas.

- Sentís que las personas susurran o no hablan claro.

- Te esforzás mucho para entender una conversación, especialmente cuando varias personas hablan a la vez.

- Te culpan de no prestar atención cuando te hablan o de hablar muy fuerte.

- No comprendés bien una conversación cuando hay ruido de fondo.

- Tenés problemas para entender cuando hablan mujeres o niños.

- Oís con frecuencia silbidos o zumbidos en los oídos.

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