Un acusado de un crimen amenazó a una testigo y quedó detenido

Gonzalo Leal está siendo juzgado por la muerte del comerciante Marcelo Roccuzzo

DETENIDO. El acusado Leal estará en Villa Urquiza hasta la sentencia. la gaceta / foto de inés quinteros orio DETENIDO. El acusado Leal estará en Villa Urquiza hasta la sentencia. la gaceta / foto de inés quinteros orio
13 Junio 2014
Dudas, amedrentamiento, intimidación y un imputado que terminó en el penal de Villa Urquiza. Así fue la audiencia de ayer en el juicio que se sigue contra tres acusados de haber asesinado al comerciante Marcelo Juan Roccuzzo durante un asalto, el 19 de enero de 2007. La hipótesis elaborada en la etapa de instrucción indica que Raúl Daniel Fadel habría planificado el robo a la distribuidora de helados ubicada en avenida Colón al 600, que Flavio Bruno Lucero -era empleado de la víctima- habría conseguido información necesaria para dar el golpe y que Gonzalo Javier Leal habría protagonizado el asalto junto con Martín Álvaro Rodrigo Dip Rivera, quien murió el año pasado.

La declaración de una testigo clave extendió el debate de ayer. Teresa Mamaní, cabo de la Policía y ex vecina de Leal, se mostró nerviosa y dubitativa desde que ingresó a la sala. Como la mujer insistía en que no recordaba casi nada, el tribunal ordenó un cuarto intermedio y le pidió a la testigo que se tranquilizara y se esforzara en rememorar lo que había observado el día del crimen de Roccuzzo. Varios minutos después, la secretaria Norma Díaz Volachec les comunicó a los jueces (Dante Ibáñez, Juana Juárez y Emilio Páez de la Torre) que la testigo confesó que había sido intimidada por uno de los imputados.

Ibáñez escuchó el relato del empleado policial que había presenciado la escena, quien aseguró que Gonzalo Javier Leal se había acercado a Mamaní en los pasillos de tribunales. “Le dije que no podía dirigirse a ella y, mientras me lo llevaba, la miró y le gritó ‘¡buh!’ (como asustándola)”, relató el policía. Esa confirmación, sumada al visible nerviosismo de la testigo, bastaron para que el juez ordenara la detención de Leal y su traslado al penal de Villa Urquiza hasta que finalice el juicio. Asimismo, les advirtió a los demás imputados y a los familiares de la víctima: “no me obliguen a tomar medidas que no querría tomar”.

Dos involucrados

Antes de reanudar la declaración de Mamaní, Ibáñez les pidió a los imputados que se ubicaran en el último asiento de la sala y les comunicó que tienen prohibido acercarse a menos de 300 metros de la mujer. Luego de informarle a la testigo que contaría con custodia policial las 24 horas, la mujer se relajó y continuó con su relato.

Mamaní contó que vivía enfrente de la casa de Leal y que solía observar “mucho movimiento de hombres” en esa vivienda. La mujer afirmó que la mañana del día del hecho vio a su vecino salir con un bolso gris y que a la noche llegó un auto con tres personas. “Era un Renault 9 color bordó con vidrios polarizados”, precisó. Según su testimonio, de las personas que bajaron de ese vehículo pudo reconocer a dos: Leal y Fadel, a quien el juez le pidió que señalara con el dedo para confirmar que se trataba de la misma persona.

Entre los datos que aportó la mujer, dijo que Leal solía mantener violentas discusiones con su pareja, que Fadel iba frecuentemente a visitarlo y que apagaba todas las luces de la casa cada vez que se escuchaban las sirenas de la Policía.

El juicio continuará hoy con las declaraciones de dos testigos que ayer iban a ser buscados por la fuerza pública y se incorporarán las pruebas instrumentales. Debido a problemas de agenda de los abogados defensores Patricio García y Manuel Pedernera, los alegatos y posterior sentencia podrían conocerse el sábado.

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