El horizonte de una segunda vuelta y de un Parlamento fragmentado

El horizonte de una segunda vuelta y de un Parlamento fragmentado

Por Joaquín Morales Solá - Periodista, Analista Político

JOAQUÍN MORALES SOLÁ JOAQUÍN MORALES SOLÁ
08 Junio 2014
La indagatoria a Amado Boudou y el fallo de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos sobre los fondos “buitre” son las cargas más pesadas que acarrera el gobierno de Cristina Kirchner en este tramo de su gestión, afirma Joaquín Morales Solá. “La citación judicial al vicepresidente Amado Boudou es el tema más grave de la agenda política, porque es la primera vez que un vicepresidente es citado a indagatoria”, le dijo el analista político a LA GACETA, en un diálogo que se concretó antes de que se conociera la decisión del juez Ariel Lijo de fijar para mañana la indagatoria al Vicepresidente.

“En lo económico, lo más complicado es lo que va a suceder en la Suprema Corte de Justicia de los EEUU el 12 de junio; si decidiera no tomar el caso argentino podrían quedar firmes las sentencias anteriores, que son desfavorables a la Argentina: y eso podría poner en revisión toda la deuda pública argentina, ya que el país, en su momento, acordó con los acreedores que toda modificación que se hiciera a cualquier acreedor hasta diciembre de este año implicaría una modificación a todos los acreedores. Ahora, si decide posponer la decisión para después de diciembre, eso alivia al gobierno, ya que cualquier modificación que surja de la Corte Suprema de los EEUU no comprenderá a todos los acreedores, sino solo a los que están en litigio”, afirmó el periodista, quien el martes disertará en el Ciclo de conferencias de LA GACETA.

En ese contexto, continuó, es que debe interpretarse la flamante negociación con el Club de París. “No tiene que ver con lo de la Corte, pero que es un mensaje de buena voluntad del gobierno a la Corte Suprema de los Estados Unidos, diciéndoles “no somos defaulteadores seriales”, observó.

- ¿ Por que piensa usted que la presidenta no aparta a Boudou?

- Hay dos hipótesis. Una, porque no quiere reconocer el error personalísimo que cometió. La otra, que la operación Ciccone mal hecha por Boudou de alguna manera fue una decisión impulsada por el matrimonio Kirchner. Yo lo he chequeado personalmente en el juzgado del juez Lijo, y no hay un solo papel que comprometa a Néstor Kirchner en esta operación. Por supuesto, hay ordenes políticas que se pueden dar sin que haya un papel de por medio. Pero, hasta que no tenga ninguna prueba en contrario, quiero creer que se trata de que la Presidenta no quiere reconocer un error, lo que es muy propio de ella.

- ¿Cuál es, a futuro, el peor de los escenarios posibles para el gobierno?

- Que vaya tomando cuerpo la candidatura de Sergio Massa, por sobre Macri y hasta por sobre los candidatos del UNEN. El gobierno ha decidido que Massa es el candidato al que no le gustaría entregarle la banda presidencial. El mejor escenario es que alguno de los candidatos del Frente para la Victoria- Scioli, Randazzo-, logre posicionarse.

- Y usted, ¿qué escenario futuro aventura?

- La candidatura de Randazzo es casi imposible. Otra cosa es Scioli, que mantiene imagen positiva en niveles importantes. Con ayuda de la Presidenta, que vendrá después de las PASO, nunca antes, puede sumar un caudal importante de votos. Porque la Presidenta tiene hoy entre un 20 y un 25 % de aceptación de la sociedad, que se verá si lo puede transferir a un candidato. Esa capacidad electoral, en una elección tan fragmentada como la que viene, no es un aporte menor. Pero es muy temprano aún.

- ¿Está cambiando la psicología del electorado?

- Pasaron muchas cosas. Una parte de los conflictos del 2001, la crisis de los partidos políticos, no se ha resuelto aún. Creo, y eso se nota en las encuestas, que la sociedad está mostrando cierta fatiga con el peronismo, que desde el regreso de la democracia, en 1983, gobernó 23 años. Y hubo momentos muy buenos, como el primero de Menem y el primero de Kirchner, y los hubo muy malos. Y la sociedad se lo está marcando al peronismo. Creo que la división del voto peronista está alentando la posibilidad de que un candidato no peronista pueda por lo menos llegar a la segunda vuelta. Porque hay ahora dos certezas: una, que ningún candidato está ganando en la primera vuelta. Y la otra, más firme que la anterior, que ningún presidente va a tener mayoría parlamentaria en el próximo gobierno. Que venga un presidente que deba acordar para sacar leyes en el Congreso, me parece muy bien.

- Pensando en las opciones no peronistas, ¿podrá el UNEN superar el estigma de la Alianza?

-Van a tener que hacer un esfuerzo, no tanto por el pasado, sino por lo que está viendo ahora: que tienen 15 días de reuniones y después 15 de peleas. Si no instalan una imagen de cierta cordialidad, de coincidencias en temas básicos, por lo menos hasta las PASO, cuando van a tener que competir, me parece que la imagen que se va a instalar en la sociedad es la de una coalición que no va a poder controlar el gobierno, como no pudo hacerlo la Alianza.

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