Alperovich: "Este Gobierno no ha sido corrupto"

Alperovich: "Este Gobierno no ha sido corrupto"

Alperovich desestimó ayer los dichos de un ex contratista del Estado y cuestionó a opositores: “no discuten ideas, ensucian” El titular del PE defendió su gestión y negó que un proveedor estatal haya trabajado en la casa de una de sus hijas

OBRAS PÚBLICAS. Tras supervisar ayer obras de pavimento efectuadas por cooperativas en Yerba Buena, Alperovich cuestionó a la oposición. prensa y difusión OBRAS PÚBLICAS. Tras supervisar ayer obras de pavimento efectuadas por cooperativas en Yerba Buena, Alperovich cuestionó a la oposición. prensa y difusión
28 Mayo 2014
Hizo una pausa ante la última pregunta -relacionada con el plan “Más Cerca”- de la rueda de prensa que se desarrollaba en Yerba Buena. No la contestó. Cuando todo indicaba que el contacto oficial terminaría, el gobernador, José Alperovich, sorprendió y lanzó una extensa declaración. Durante cuatro minutos de corrido, desmintió denuncias, despotricó contra la oposición y defendió su gestión. Ocurrió segundos después de que LA GACETA le consultara sobre la denuncia del arquitecto Julio César Villafañe. El ex contratista de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU) aseguró a este diario que las autoridades de ese organismo lo habían convocado para refaccionar de manera privada la casa de Mariana Alperovich, hija del mandatario, y que como no se pagaron todos los arreglos, según su versión, le habrían ofrecido como compensación adjudicarle obras, aunque esto por fin no ocurrió.

“Palos en la rueda”

“¿Cree que yo voy a necesitar en la casa hacer que una repartición...? ¡Es una locura! Ponen el nombre de mi hija y el domicilio. Creo se han pasado todos los códigos”, dijo Alperovich, indignado al inicio de su suerte de monólogo. Inmediatamente después, instó a sus dirigentes a “seguir agachando la cabeza” ante posibles acusaciones públicas futuras.

“Hay gente que nos pone muchos palos en la rueda, hay muchas denuncias falsas ¡Los meten a mis hijos! Ya no saben qué hacer. Y nosotros seguimos, agachamos la cabeza”, subrayó. Luego responsabilizó directamente a la oposición. Aseguró que “ya no se conforman” con “destruir” al gobernador, sino que ahora estarían apuntando también a su familia. “Quieren manchar el apellido. Han pasado todos los códigos. Ahora tengo que seguir trabajando, que es nuestra fortaleza, y el pueblo es el que va a decidir”, remarcó en una alusión velada a 2015, año en el que dejará la Casa de Gobierno tras 12 años y en el que se elegirá a su sucesor.

Consideró que la figura de “adversario político” se dejó atrás: “pareciera que lo que quieren es que uno se vaya. Ya no se están discutiendo ideas. Ensucian, ensucian y ensucian”. Invitó luego a quienes tengan dudas a consultar a las empresas proveedoras del Estado: “Tucumán es chico. Pregunten si este gobernador o este Gobierno les ha pedido un peso en coimas. ¡Un peso! Jamás. Eso hubiese saltado. Mire las obras que hemos hecho y la cantidad de cosas que hemos comprado. Pueden revisar todo”.

En el último pasaje de su encendido discurso, enfatizó que tiene la “conciencia tranquila” y las “manos limpias”. “Este gobernador no ha robado, trabajó con mucha transparencia. Seguramente, en 11 años de gobierno equivocaciones hemos tenido, no tengo dudas, el que hace se equivoca. Pero este Gobierno no ha sido corrupto ni ha robado. Hay transparencia total”, consignó.

LA GACETA intentó comunicarse infructuosamente ayer por tercera día consecutivo con Pablo Zeitune, director de Comercio Interior provincial y esposo de Mariana Alperovich.

El ex director de la DAU, Miguel Ángel Brito (renunció en 2012 tras un escándalo por sobreprecios), también había desmentido a Villafañe. “No conozco a este empresario. Como bien él dijo (en la entrevista), tenía relación con el arquitecto Roberto Bianchi, que fue quien lo lleva a la DAU (como contratista). Niego terminantemente que algún obrero de la DAU haya trabajado en la casa del gobernador o de la hija”, había respondido el asesor del senador nacional alperovichista Sergio Mansilla.

Según documentación que exhibió a este diario, Villafañe había facturado durante 2010 cerca de $ 60. 000 a la empresa “León Alperovich SA” en concepto de tareas de albañilería. La controversia se generó porque, si bien esos trabajos habían sido cancelados de manera particular, Villafañe advirtió que había sido convocado para prestar esos servicios por quienes entonces eran autoridades de la DAU, Brito y Bianchi (subdirector), y que debido a un monto adeudado por la hija del mandatario, le habían ofrecido adjudicarle obras, algo que -según dijo- no ocurrió. “No sé (por qué la DAU trabajaba en la casa de la hija del mandatario); si me pongo a analizar, Alperovich debe haber dicho: ‘che, traé un par de muchachos y hacé la casa de mi hija’”, aseguró.

Las declaración del profesional ocurrió en el contexto de su descargo por dos casos de presuntas irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas (TC). Sucede que Villafañe es uno de los procesados por el organismo de contralor en un juicio de responsabilidad iniciado por una ciclovía “fantasma” en el Camino de Sirga, que debía estar terminada en 2011. El arquitecto asegura que dejó la obra inconclusa porque la DAU no le proveía los materiales.

En ese caso, también están investigados Brito y Bianchi, entre otros. Por otro lado, a fines de 2010, se destinaron unos $ 25.000 de fondos públicos para construir y colocar 50 rampas para discapacitados en la ciudad, pero sólo se construyeron ocho. Villafañe fue uno de los empresarios contratados -por vía directa- por la DAU para concretar esos trabajos. “Quiero que todo esto se aclare”, se defendió el arquitecto.

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