ACTÚA HOY
• A las 22, en el Casino Parque (Sheraton Hotel), avenida Soldati 440.
Llueve afuera del estudio en el que Alejandro Lerner compone. Próximamente, una película llevará su música y no cuesta imaginarlo sentado frente al piano, exigente con las teclas y con las ideas, de espaldas a un ventanal que llora. La imagen es romántica, pero no hay nada de melancolía en su voz cuando atiende la llamada de LA GACETA y cuenta que, más que regodearse en los éxitos del pasado, prefiere intuir y saborear los del futuro. Aún así no se cansa de cantar aquellos hits: en el show “Solo piano”, que dará hoy en Tucumán, recorrerá sus canciones más conocidas a más de 30 años desde su primer disco solista.
- ¿Cómo será tu show?
- Va a ser un concierto de piano, distinto a los que hago cuando vengo con toda la banda. Hacerlo me da mucha más libertad de repertorio, más diálogo con la gente; no tengo que estar atado a una lista, porque en cualquier momento la gente me pide un tema y lo puedo integrar. Tengo ganas de desarrollar mi faceta como músico, no sólo como cantautor. Estos últimos años estudié mucho piano, jazz e improvisación, y quiero ir volcándolo a mis espectáculos. Es un poco menos de rock’n roll, pero gana mucho en intimidad y en comunicación.
- ¿Qué sentís con Tucumán?
- Tiene algo muy especial: mi madre se crió y estudió allí, aunque nació en Santiago del Estero. Nunca fuimos juntos, me acompañó muy poco a las giras. Estoy trabajando en la música de una película que va a tener muchos elementos folclóricos y estoy estudiando cosas de Alberto Ginastera y escuchando a la gran tucumana Mercedes Sosa, una queridísima amiga. Tucumán es eso para mí: la presencia espiritual de alguien que yo amo con todo mi corazón.
- Además de festejar tu trayectoria de 30 años, ¿la analizás?
- Quizás hay un balance del lanzamiento de un disco como “Todo a pulmón”. Al tema lo grabó la negra Sosa, Miguel Ríos, se empezó a cantar en todos los café concert y los lugares chiquitos hasta de Cuba. Es una referencia de cuánto ha pasado en ese mar que es la carrera. Se mira para atrás y se da cuenta de que 30 años no es un número, sino una interminable colección de rostros, anécdotas, millas, viajes, experiencias creativas, afectivas, espirituales. Muchas veces la realidad sobrepasó los sueños.
- ¿Qué añorás?
- Tal vez la inocencia ante la creatividad, cuando se es joven y se está conectado con una vocación; valoro la libertad creativa que tenía, sin prejuicios estéticos: buscaba en cualquier lado, blues, rock, folclore, balada, jazz, electrónica. Hoy tengo cinco décadas, no soy un nenito. Empecé muy chico, a los 16 años ya estaba con artistas populares, trabajé con Gustavo Santaolalla, pude vivir y estudiar en Nueva York y en Los Ángeles, y son interminables las experiencias que hacen a la persona que soy ahora. Hace 10 años que me casé y hace cuatro que soy papá. Y no sé si hay algo más creativo que eso.
- ¿Con qué cuenta hoy un adolescente que quiere ser músico?
- Hay elementos distintos a mi adolescencia, ni mejores ni peores. Tiene herramientas técnicas que antes no teníamos. Antes, escuchar un disco importado era una ceremonia: conseguirlo, comprarlo, sacarlo y ponerlo en la bandeja. Hoy hay un acceso a la información que no se valora, pero es más difícil ser selectivo, porque estás inundado de información. Los chicos que no tienen una carrera, tienen la posibilidad de subir sus videos y su música. Pero la industria discográfica es el 10% de antes, y hay menos espacio para nuevos valores.
- ¿No temés quedarte pegado a tus éxitos pasados?
- No, le hago honor a lo que viene, que es asumir un riesgo constante: hoy mi problema es que quiero seguir haciendo un montón de cosas, no quedarme cantando canciones del pasado. Honro las canciones del pasado, porque tienen que ver con una parte biográfica mía, porque me han dado un enlace con mi gente, con mi pueblo. Son parte de la historia de la gente, aunque salieron de mí. Lo que es nuevo y está en mi corazón son las canciones que nadie conoce, y esas son las que yo estoy esperando. Se viene un disco, un libro y una comedia musical para chicos, más viajes y música para películas nacionales e internacionales.
- ¿Vas a volver a la TV?
- No. Recibí propuestas, pero prefiero volver a mi vida como músico. Estuve en otro planeta, que es el de la televisión, en un programa exitoso: eso no tiene límites de generaciones ni de clases sociales o económicas; es una explosión de amor y de agradecimiento. Y pude poner mi experiencia para apoyar a gente talentosa.