La mujer tiene derecho a parir en la posición que elija y sin ayuda de nadie

Bajo el lema “Parir es poder”, desde el lunes se está desarrollando la “Semana Mundial del Parto Respetado”, cuyo objetivo es mejorar la vivencia del parto y la forma de nacer. La conmemoración, que finalizará el viernes, surgió hace una década por iniciativa de la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR). En América Latina, el movimiento es motorizado por la Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimiento. “El objetivo de la semana anual es trabajar para que en todo el mundo se respeten los derechos de la madre y del bebé durante el alumbramiento normal”, subrayó a LA GACETA la licenciada Inés Beatriz Díaz, coordinadora en Tucumán de la Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y Nacimiento (Relacahupan).

- ¿Qué actividades realizan durante estos días?

- En las maternidades del país se organizan actividades que ponen el acento en la concientización sobre los derechos de las embarazadas a la hora de dar a luz, y en la importancia de garantizar nacimientos seguros y naturales, durante los cuales la madre goce de absoluta libertad.

- ¿En qué se basa el parto respetado?

- En la libertad que tiene la mujer para moverse y elegir la postura más cómoda para parir, y para hacer uso de todo el tiempo que necesite para el nacimiento. Este es el derecho básico que debemos respetar, aunque también tiene otros.

- Enumere los más importantes...

- Todos son importantes: el derecho a ser informada sobre posibles intervenciones médicas y la libertad para elegir; a ser tratada con respeto garantizando su intimidad y sus requerimientos; a ser considerada una persona sana; a ser informada sobre la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar; a recibir asesoramiento sobre los cuidados que necesita su bebé y ella misma, y a obtener información sobre los efectos del alcohol, las drogas y el tabaco durante el embarazo y la crianza del niño. De igual modo, la persona recién nacida tiene derechos correlativos a los de su madre...

- Humanizar es un concepto amplio ¿a qué alude en el parto?

- Cuando hablamos de humanizar el parto estamos hablando de devolverle al nacimiento el verdadero sentido: protagonizado por la mujer que pare, el hijo que nace y el hombre que acompaña. También implica respetar los tiempos de la naturaleza, que son distintos en cada mujer. Cuando los verdaderos protagonistas viven este momento con la entrega que requiere, la participación de los profesionales es sólo acompañar sin intervenir.

- En la práctica ¿se actúa de esta manera en las maternidades de nuestra provincia?

- Cada vez hay más conciencia en las mujeres y apertura por parte de los médicos, obstetras y parteras. Lo importante es que durante el embarazo las mujeres estén bien informadas sobre sus derechos para parir. Así, llegado el momento, ellas mismas exigirán que se respeten sus decisiones. Por suerte el paradigma está cambiando poco a poco. Muchos profesionales toman conciencia del problema, van cambiando y aportando su saber al sector.

- La OMS defiende y propulsa el parto natural asegurando que sólo un 10% de las cesáreas tiene justificación. ¿Qué puede decir sobre este tema?

- La idea es que el parto sea normal, natural. Justamente, el parto humanizado se fundamenta en la no intervención quirúrgica ni participativa del personal médico, porque debe ser una experiencia gratificante y no traumática. Cuando una mujer sana es intervenida, la experiencia pasa a ser traumática. Esto es hoy una cuestión de salud pública.

- Es un retornar al parto normal de nuestras abuelas...

- Pero con la ventaja de que hoy tenemos muchísima más información médica que antaño sobre la gestación y los cuidados que requiere, y recursos humanos muy preparados. Un embarazo bien controlado, sin riesgos para la madre y el niño, debe culminar en un parto normal. Dar a luz plenamente es posible si le devolvemos a la mujer la seguridad perdida, preparándola para un nacimiento en el lugar que ella escoja y que le dé seguridad, rodeándola de un ambiente cálido, acompañada por las personas que forman su núcleo de amor y amistad, y dejándola asumir la tarea de acuerdo a sus creencias y necesidades. El trabajo de parto y nacimiento es diferente en cada mujer y en cada bebé: en lo físico, en lo emocional y en su desarrollo temporal. Por eso hay que respetar el tiempo que cada mujer necesita para parir y cada bebé, para nacer.

Sobre este tema, la parto obstetra Inés Beatriz Díaz dará una charla el viernes 30, a partir de las 16, en la Dirección de Familia de la Municipalidad, ubicada en avenida Juan B. Justo 953. Responderá preguntas de los asistentes. La entrada será libre.

Necesidades de la parturienta

- El cambio no será fácil.- Quienes promueven en el mundo el parto natural, el parto normal, son conscientes de que el cambio de paradigma no será fácil. El mecanismo del parto está en el cerebro. Cuando la mujer pierda el miedo al parto, al dolor del parto, y reconozca su cuerpo y admita que la naturaleza lo tiene todo previsto, entonces empezará a parir en forma normal.

- Preparar a las mujeres .- El personal de salud especializado tiene que inducirlas a las mujeres a que acepten la gestación, el parto y el nacimiento como procesos naturales en su cuerpo.

- El parto en el agua.- La inmersión en el agua a temperatura del cuerpo puede beneficiar a la parturienta cuando tiene dolores lumbares muy intensos y la dilatación no avanza. Además, todas las hormonas que libera al dar a luz tienen efectos mecánicos en el comportamiento del parto y posparto. La adrenalina y la noradrenalina, por ejemplo, actúan en el reflejo de expulsión del bebé.

- Tranquilidad y paz.- El lugar del parto debe ser cálido, tranquilo y sin ruidos para que la mujer pueda parir con intimidad y seguridad, un espacio para esperar, para dar, para regalar, para recibir y ver al nuevo ser humano que está llegando.

- El equipo debe escucharla.- La mujer tiene el derecho de decidir aspectos de su cuidado que el equipo de salud debe escuchar. Lo más importante en la atención del parto es la salud y bienestar de la mujer y el hijo que viene. No hay que interferir en este proceso natural, salvo que existan evidencias de que se está haciendo más daño que beneficio.

- El control de todo.- En un trabajo de parto la embarazada debe tener el control de todo lo que le sucede a ella y a su bebé. El equipo debe centrarse en la observación y el seguimiento del proceso normal. Jamás debe apurar sus tiempos ni ejercer presión física o psíquica.

- Dueñas de sus cuerpos.- Alentarlas a las mujeres para que se sientan dueñas de sus cuerpos, que reconozcan que su organismo tiene sus razones y sus códigos, y que confíen en que pueden crecer haciéndose cargo de sus partos.

- Poner fin a una creencia milenaria.- Las mujeres necesitan que la ayuden a acrecentar su autoestima para terminar con el adoctrinamiento milenario y la creencia de que las mujeres deben ser sumisas e infantiles, coartando sus deseos y necesidades del impulso primario y natural que es la gestación y el alumbramiento .

- Exigir lo que deseen.- Es necesario que hombres y mujeres conozcan sus derechos para que, llegado el momento, los exijan y accedan a ellos sin ningún tipo de impedimento ni obstáculos. De esta manera, sus decisiones y deseos sobre el parto y el nacimiento comenzarán a ser respetados para siempre. Y si alguien vulnerara sus derechos, podrían denunciarlo.