“El Matrero”, en la prehistoria del cine tucumano
Desde que el cine desembarcó en Tucumán, en 1908, se rodaron varias películas o escenas de algunas de ellas en diversos puntos de la provincia. Según el profesor Ricardo Brunetti hubo 14 proyectos concretos y uno trunco hasta 2000. El Matrero se rodó en 1939 pero la crítica la destrozó. El Diablo de las vidalas, fue la primer película producida por un tucumano: Pedro Madrid Desde que el cine desembarcó en Tucumán, en 1908, se rodaron varias películas o escenas de algunas de ellas en diversos puntos de la provincia. La crítica destrozó el filme
LOS CERROS TUCUMANOS, El actor rosarino Sebastián Chola en una secuencia de “El Matrero”, película de Orestes Caviglia filmada en esta provincia y que se estrenó el 12 de julio de 1939, en Buenos Aires.
Sentado frente a un afiche que alguna vez perteneció al cine teatro Plaza -recientemente recuperado, rediseñado y reestrenado como Auditorium Mercedes Sosa-, Ricardo Antonio Brunetti evoca no sólo las películas que se filmaron, ya sea íntegramente o alguna escena en locaciones de esta provincia sino también sus asiduas concurrencias a los cines que se volvieron eternos en sus recuerdos. Sólo atinamos a escucharlo con atención. Las palabras le brotan como puras emociones. Se percibe en su voz de cinéfilo de raza -ya sea por la forma de entonarlas o por el contenido de ellas-. A tal punto de que sus vivencias conmueven hasta el más indiferente de los mortales.
“Hasta 1939 nunca se había producido ni filmado una película en Tucumán. Pero desde entonces y hasta el inicio de este siglo, hubo 14 títulos de filmes nacionales, que ya sea en forma parcial o íntegramente se rodaron en esta provincia. Incluso existió una, número 15, pero ese proyecto no pudo concretarse”, explicó apelando a su prodigiosa memoria.
El Matrero
“Si bien es cierto que El Diablo de las Vidalas es reconocido como el primer filme -añadió-, que se produjo y filmó en esta provincia con notable repercusión, hubo dos experiencias previas de las cuales sólo una se concretó”.
“Según el “Diccionario de Filmes Argentinos (1930-1995)”, de la editorial Corregidor, de Buenos Aires (página 363) y los libros de recopilaciones de Raúl Manrupe y María Alejandra Portela (2001), El Matrero, que dirigió Orestes Caviglia, fue la primera película que se filmó en Tucumán”, contó Brunetti.
La película se estrenó el 12 de julio de 1939. Fue concebida en blanco y negro. La trama, un drama, giraba en torno a un gaucho acusado, injustamente, de un asesinato que se convierte en un nómade peligroso. El filme dirigido por Caviglia, de acuerdo a un guión del propio director basado en la ópera homónima del uruguayo Yamandú Rodríguez y el músico oriundo de Buenos Aires, Felipe Boero, tuvo como protagonistas a Agustín Irusta, Amelia Bence, Carlos Perelli, Roberto Escalada y Ada Cornaro.
La dirección de la película, producida por Argentina Sono Films, se la habían ofrecido a Mario Soffici, quien no aceptó y propuso a Caviglia. Los exteriores del filme se rodaron en Tucumán.
Dura crítica
De acuerdo al crítico Domingo Di Núbila es un filme ambicioso pero “faltaron naturalidad a su relato, relieve a sus personajes y soltura a su acción; los intérpretes no tuvieron apoyo para lograr buenas caracterizaciones, pero Amelia Bence y Carlos Perelli se las arreglaron para dar fuerza personal y bastante convicción a sus papeles, en tanto que Ada Cornaro y José Otal salvaron matices cómicos. Roberto Escalada tuvo breve intervención y Agustín Irusta, que animó al protagonista, no pudo superar los citados y otros handicaps, entre los que la falta de physique du rol no fue el menos importante. Aquí, donde el escenario campero imponía y facilitaba el movimiento, se notó más que en Con las alas rotas el estilo teatral del director Orestes Caviglia; con una consecuencia de estatismo que frenó el desarrollo”.
Honroso fracaso
“La excelente partitura de Boero, bien adaptada por Mario Maurano, y la buena fotografía de John Alton, -agrega Di Núbila- quedaron como lo mejor de este honroso fracaso; el error inicial consistió en asignar a un hombre más de teatro que de cine, la filmación de una obra que, por provenir del escenario, reclamaba justamente un director con una fantasía, ritmo y lenguaje esencialmente cinematográfico”.
Surco frustrado
En 1949 hubo un proyecto de Julio A. Demichelli, que bien podría tratarse de Tulio Demicheli (cuyo nombre real y completo era Armando Bartolomé Demicheli), nacido en Tucumán el 15/12/1914 y fallecido en Madrid (España) el 25/5/92, para filmar la película “Surcos”.
El guión se construyó en base a una familia de peones que trabajaban en la siembra y cosecha de la caña de azúcar. Pero el emprendimiento se frustró y al final no se concretó. “Aunque los datos que se manejan no son muy concisos”, aseveró Brunetti.
LOCALIZACIONES.- El patio con columnas de la escuela Sarmiento, la misma casa del guionista y productor Pedro “Perico” Madrid y de su esposa Dora Torres Posse, en Las Heras 251 y los paisajes de Tafí del Valle, fueron las localizaciones donde se filmó “El Diablo de las vidalas”, en 1950.
TUCUMANAZA.- La primera película, con mayoría de actores, producción y técnicos tucumanos fue “Mansedumbre”. Filmada en 1953 fue producida por Kine Rector Pro Norte (Tucumán), con Mario Vanadía y Beatriz Bonnet -única actriz foránea del elenco- en los protagónicos. Dura 94 minutos, en blanco y negro con la dirección de Pedro R. Bravo y guión de Bravo y de Guillermo Rojas.
CURIOSIDADES.- “Santiago Querido”, con Leo Dan, se filmó en San Javier. “Zafra”, de Lucas Demare, transcurría en Jujuy, pero varias tomas se realizaron en el ingenio La Florida. “Yo Tengo Fe”, de Palito Ortega, se rodó en Lules y en El Bajo. Los “superagentes” Centauro (Victor Bó), Apolo (Ricardo Bauleo) y Hércules (Julio De Grazia), conocidos como Delfín, Tiburón y Mojarrita, filmaron escenas de “La gran aventura” en el ex aeropuerto Matienzo y el parque 9 de Julio.
PREFERENCIA.- De las siete películas que rodó el tucumano Gerardo Vallejo, entre 1968 y 2006, seis para el cine y una para la TV, tres las filmó en Tucumán y también los cortometrajes Testimonios de Tucumán, para Canal 10.
“Hasta 1939 nunca se había producido ni filmado una película en Tucumán. Pero desde entonces y hasta el inicio de este siglo, hubo 14 títulos de filmes nacionales, que ya sea en forma parcial o íntegramente se rodaron en esta provincia. Incluso existió una, número 15, pero ese proyecto no pudo concretarse”, explicó apelando a su prodigiosa memoria.
El Matrero
“Si bien es cierto que El Diablo de las Vidalas es reconocido como el primer filme -añadió-, que se produjo y filmó en esta provincia con notable repercusión, hubo dos experiencias previas de las cuales sólo una se concretó”.
“Según el “Diccionario de Filmes Argentinos (1930-1995)”, de la editorial Corregidor, de Buenos Aires (página 363) y los libros de recopilaciones de Raúl Manrupe y María Alejandra Portela (2001), El Matrero, que dirigió Orestes Caviglia, fue la primera película que se filmó en Tucumán”, contó Brunetti.
La película se estrenó el 12 de julio de 1939. Fue concebida en blanco y negro. La trama, un drama, giraba en torno a un gaucho acusado, injustamente, de un asesinato que se convierte en un nómade peligroso. El filme dirigido por Caviglia, de acuerdo a un guión del propio director basado en la ópera homónima del uruguayo Yamandú Rodríguez y el músico oriundo de Buenos Aires, Felipe Boero, tuvo como protagonistas a Agustín Irusta, Amelia Bence, Carlos Perelli, Roberto Escalada y Ada Cornaro.
La dirección de la película, producida por Argentina Sono Films, se la habían ofrecido a Mario Soffici, quien no aceptó y propuso a Caviglia. Los exteriores del filme se rodaron en Tucumán.
Dura crítica
De acuerdo al crítico Domingo Di Núbila es un filme ambicioso pero “faltaron naturalidad a su relato, relieve a sus personajes y soltura a su acción; los intérpretes no tuvieron apoyo para lograr buenas caracterizaciones, pero Amelia Bence y Carlos Perelli se las arreglaron para dar fuerza personal y bastante convicción a sus papeles, en tanto que Ada Cornaro y José Otal salvaron matices cómicos. Roberto Escalada tuvo breve intervención y Agustín Irusta, que animó al protagonista, no pudo superar los citados y otros handicaps, entre los que la falta de physique du rol no fue el menos importante. Aquí, donde el escenario campero imponía y facilitaba el movimiento, se notó más que en Con las alas rotas el estilo teatral del director Orestes Caviglia; con una consecuencia de estatismo que frenó el desarrollo”.
Honroso fracaso
“La excelente partitura de Boero, bien adaptada por Mario Maurano, y la buena fotografía de John Alton, -agrega Di Núbila- quedaron como lo mejor de este honroso fracaso; el error inicial consistió en asignar a un hombre más de teatro que de cine, la filmación de una obra que, por provenir del escenario, reclamaba justamente un director con una fantasía, ritmo y lenguaje esencialmente cinematográfico”.
Surco frustrado
En 1949 hubo un proyecto de Julio A. Demichelli, que bien podría tratarse de Tulio Demicheli (cuyo nombre real y completo era Armando Bartolomé Demicheli), nacido en Tucumán el 15/12/1914 y fallecido en Madrid (España) el 25/5/92, para filmar la película “Surcos”.
El guión se construyó en base a una familia de peones que trabajaban en la siembra y cosecha de la caña de azúcar. Pero el emprendimiento se frustró y al final no se concretó. “Aunque los datos que se manejan no son muy concisos”, aseveró Brunetti.
LOCALIZACIONES.- El patio con columnas de la escuela Sarmiento, la misma casa del guionista y productor Pedro “Perico” Madrid y de su esposa Dora Torres Posse, en Las Heras 251 y los paisajes de Tafí del Valle, fueron las localizaciones donde se filmó “El Diablo de las vidalas”, en 1950.
TUCUMANAZA.- La primera película, con mayoría de actores, producción y técnicos tucumanos fue “Mansedumbre”. Filmada en 1953 fue producida por Kine Rector Pro Norte (Tucumán), con Mario Vanadía y Beatriz Bonnet -única actriz foránea del elenco- en los protagónicos. Dura 94 minutos, en blanco y negro con la dirección de Pedro R. Bravo y guión de Bravo y de Guillermo Rojas.
CURIOSIDADES.- “Santiago Querido”, con Leo Dan, se filmó en San Javier. “Zafra”, de Lucas Demare, transcurría en Jujuy, pero varias tomas se realizaron en el ingenio La Florida. “Yo Tengo Fe”, de Palito Ortega, se rodó en Lules y en El Bajo. Los “superagentes” Centauro (Victor Bó), Apolo (Ricardo Bauleo) y Hércules (Julio De Grazia), conocidos como Delfín, Tiburón y Mojarrita, filmaron escenas de “La gran aventura” en el ex aeropuerto Matienzo y el parque 9 de Julio.
PREFERENCIA.- De las siete películas que rodó el tucumano Gerardo Vallejo, entre 1968 y 2006, seis para el cine y una para la TV, tres las filmó en Tucumán y también los cortometrajes Testimonios de Tucumán, para Canal 10.
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