Un policía afgano mató a una fotoperiodista alemana, ganadora del premio Pulitzer

Un policía afgano mató a una fotoperiodista alemana, ganadora del premio Pulitzer

Anja Niedringhaus trabajaba para la agencia AP. La reportera canadiense Kathy Gannon está grave, tras la agresión a balazos.

EN LA TRINCHERA. Niedringhaus fotografió guerras y conflictos en Israel y Palestina, Libia, Afganistán y Pakistán, pero siempre intentó mostrar el lado humano dentro del enfrentamiento. FOTO DE SPIEGEL.DE EN LA TRINCHERA. Niedringhaus fotografió guerras y conflictos en Israel y Palestina, Libia, Afganistán y Pakistán, pero siempre intentó mostrar el lado humano dentro del enfrentamiento. FOTO DE SPIEGEL.DE
04 Abril 2014
KABUL, Afganistán.- Un policía afgano mató a tiros a la fotoperiodista alemana Anja Niedringhaus en el este de Afganistán e hirió a la reportera canadiense Kathy Gannon. Las dos profesionales trabajaban para la agencia de noticias estadounidense Associated Press. Según este medio, la fallecida tenía 48 años, mientras que Gannon, que lleva décadas en la región, tiene 60 y su estado es crítico.

La policía arrestó al autor de la agresión, que ocurrió cuando ambas periodistas visitaban el distrito de Tanai, en la provincia de Khost.

El detenido vestía un uniforme policial y las atacó cuando se encontraban fuera de su vehículo y cerca de una estación de policía, relató el jefe provincial de esa institución, Faizula Gairat. El agresor está siendo sometido a interrogatorio por las fuerzas de seguridad, según Gairat.

Niedringhaus fue galardonada, en el 2005, con el premio Pulitzer, por su cobertura de la información en Irak.

El portavoz de los talibanes, Zabiula Muyahid, negó cualquier relación de su grupo con el ataque, según la cadena local Arezo. El distrito donde ocurrió la agresión se halla muy cerca de la frontera entre Afganistán y Pakistán.

La violencia contra los extranjeros se disparó en vísperas de las elecciones presidenciales que se celebrarán mañana en el país centroasiático bajo la amenaza talibán de un boicot armado.

El de hoy es el tercer ataque mortal contra comunicadores, en las últimas semanas en Afganistán, después de que el periodista afgano Sardar Ahmad, de la Agencia France Presse (AFP), falleció hace dos semanas, junto a su mujer y dos de sus tres hijos en un atentado contra un hotel de la capital afgana.

El veterano periodista sueco Nils Horner fue asesinado a tiros el 11 de marzo en el centro de Kabul, mientras realizaba entrevistas.

La reacción en Alemania fue de consternación, y el gobierno de ese país reclamó que se esclarezcan los hechos lo antes posible. "El embajador en Kabul trabaja con insistencia para conseguir una explicación de lo sucedido", afirmó un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán en Berlín.

La noticia tuvo gran repercusión en todos los medios de comunicación del país que le dedicaron titulares como el de la publicación alemana "Der Spiegel", que junto con una galería de fotos ( http://dpaq.de/F3Ein) y una entrevista de 2005, tituló "Afganistán, su amor y su perdición".

El diario alemán "Frankfurter Allgemeine Zeitung" recordó lo importante que era para ella estar cerca de los hechos. "Tan cerca cómo sea posible", tituló. "A la hora de tomar fotografías no había ningún riesgo demasiado alto para ella", agregó el rotativo.

La Asociación Alemana de Periodistas (DJV), así como la Organización de Reporteros sin Fronteras (ROG, por sus siglas en alemán) se mostraron desolados y pidieron consecuencias. El director de ROG, Christian Mihr, reclamó al gobierno afgano que se ocupe de que los periodistas puedan informar sobre las elecciones presidenciales los próximos días sin tener que temer por su vida.

El director de la DJV, Michael Konken, reclamó que se haga justicia: "Quien mata periodistas, acaba con una vida y hiere la libertad de prensa. Eso no puede permanecer impune".

La fotógrafa de 48 años buscó siempre las imágenes que reflejaran tranquilidad en medio de los conflictos y tiroteos. "Yo estoy allí no para buscar ese bang-bang, sino porque creo que hay otras imágenes que pueden mostrarse, como por ejemplo, cómo los civiles pueden seguir viviendo durante años inmersos en una guerra, cómo pueden organizar su vida diaria", afirmó en 2011 Niedringhaus en una entrevista con la radio Deutschlandradio Kultur.

La ganadora de un prestigioso Premio Pulitzer trabajaba como fotoreportera para la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP).

Su pasión por la fotografía le vino desde niña. Durante su tiempo como escolar en Höxter, en Westfalia (Alemania), Niedringhaus comenzó a trabajar como fotógrafa freelance para el periódico local "Neue Westfälische". Posteriormente, durante su carrera conjunta de Filología alemana, Filosofía y Periodismo en Göttingen continuó con su trabajo como freelance.

Sus imágenes de la caída del Muro de Berlín le valieron en 1990 un puesto en la Agencia Europea de Fotografía de Prensa (EPA) en Fráncfort y en los años siguientes cubrió el conflicto de Yugoslavia para la EPA.

Desde 2002 Niedringhaus fotografió para la agencia de noticias AP, principalmente guerras y conflictos en Israel y Palestina, Libia, Afganistán y Pakistán. En 2005 ganó junto con un equipo de fotógrafos de AP el prestigioso Premio Pulitzer por su labor informativa en Irak.

Sin embargo, nunca le gustó que la calificaran como "fotógrafa de guerra". "Odio ese título", escribió ella misma en su cuenta de Twitter.

Ella quería mostrar las consecuencias humanas de la guerra, no la maquinaria militar. "El punto más interesante es, ¿cuál es la realidad allí?, ¿dónde golpea?", afirmó la fotógrafa en una entrevista de radio. "Se intenta recoger, fotografiar, lo que se ve para informar sobre una representación de miles de otras personas, ¿qué es lo que pasa en una guerra así?", indicó una vez en un comentario sobre una colección de imágenes de Irak publicada en el diario alemán "Frankfurter Allgemeine Zeitung".

La experimentada reportera gráfica era consciente del peligro de su trabajo: "Naturalmente tengo miedo. Quizás menos que otros que no conocen la situación", explicó en una entrevista de radio. "Creo que el miedo, una cierta base de miedo, es vital", agregó Niedringhaus, que fue varias veces herida durante su trabajo.

Para la alemana nacida en 1965 en Höxter, su cámara era también su protección. "Estoy feliz cuando tengo una cámara que me da cierta distancia o también cierta seguridad y donde me puedo concentrar. Algunas veces, cuando dejo la cámara es mucho más difícil de procesar". (DPA-Télam)

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