
INTACTO. Calderón (izquierda) luce la misma figura que tenía cuando era profesional. Hoy jugará para Argentina al igual que Ruggeri. LA GACETA / FOTOS DE FLORENCIA ZURITA

“Me críe en una villa donde la Policía no entraba. Pero desde chico me incliné por el fútbol y eso impidió que me desviara. El fútbol me salvó de pasar hambre y me dio una vida hermosa”. José Luis Calderón, en diálogo con LG Deportiva, revela detalles de una vida que pocos conocen. Muchos recuerdan y elogian al goleador implacable, ese que se cansó de perforar redes con las diferentes camisetas que vistió. Pero pocos saben todo lo que debió luchar para elaborar una carrera que muchos futbolistas envidiarían.
“Caldera” arrancó bien de abajo y llegó a tocar el cielo con la mano cuando fue campeón de la Libertadores con Estudiantes, en 2009. “Cuando arranqué en Cambaceres jugaba por el sándwich y la gaseosa. Esas cosas, con el tiempo, hicieron que valoré mucho más todo lo que me dio el fútbol”, confiesa el ex goleador y, casi sin querer, manda un consejo a los más chicos. “No hay que marearse con la fama. Cuando te comienza a ir bien, aparecen 200 amigos, pero con el tiempo te sobran los dedos de una mano para contarlos”, explica.
Calderón nunca se mareó. Todo lo contrario. En medio de la charla revela detalles de una actitud de su hijo que le revolvió sus entrañas. “Una vez fui a visitar a un amigo de la infancia que era muy humilde. Y mi hijo, como tenía sed, pidió gaseosa. Como no había le dieron agua, pero él la despreció. A mi se me salió la cadena; lo agarré y lo llevé a donde vivía de chico para que aprendiera que no había que mirar desde arriba a nadie”, recuerda José Luis y deja en claro que nadie puede subirse a un pedestal. “Hay que mantener la humildad siempre. Nunca tenés que creértela, porque la vida da muchas vueltas”.
“El fútbol me dio todo”, dice el ex delantero que esta noche será unos de los atractivos en el clásico duelo de La Ciudadela. “Caldera” se retiró pisando los 40 años y, hoy con 43, su figura está intacta. “El cuidado personal es esencial”, asegura el ex goleador de Estudiantes e Independiente entre otros clubes. “Yo cuando estaba en actividad entrenaba en el club por la mañana y por la tarde iba al gimnasio a hacer un extra. El fútbol es un trabajo y hay que cuidarlo”, explica.
¿Cuál fue el momento cumbre de tu carrera? La pregunta se cae de madura. Pero Calderón prefiere bajar los decibeles y no hacer diferencias. “Sería egoísta si me quedo solo con uno. Tuve muchos momentos hermosos”, asevera.
El duelo contra Brasil se lleva todas las miradas por estas horas, y Calderón lo toma como una final. “Yo me sigo cuidando casi como cuando era profesional. Uno debe estar bien porque no podés jugar ante la gente en cámara lenta. Esto, hoy es nuestra vida”, finaliza el hombre dueño de una carrera brillante y una humildad para imitar.
Lluvia de estrellas en La Ciudadela
Está todo listo para que sea una fiesta. Los seleccionados de Indoor Show de Argentina y Brasil estarán frente a frente, hoy desde las 20, en La Ciudadela.
El duelo será la revancha del que jugaron el viernes en Catamarca, y que terminó igualado 10 a 10. Ese encuentro se jugó en el “Polideportivo Municipal” en modalidad Indoor (cancha de fútbol 5). Pero hoy todo será diferente. En Bolívar y Pellegrini, argentinos y brasileros jugarán a todo o nada en fútbol 11. “Es otra modalidad a lo que jugamos el viernes. Pero igual va a ser picante”, dijo Alejandro Mancuso sobre el duelo que se jugará en dos tiempos de 40’. Las entradas se venderán hoy, desde las 10 en el estadio. Las generales cuestan $40, mientras que las plateas oscilan entre $80 y $100.








