Fernando y Ester se dan el “ sí quiero” cada año

Sólo necesitan mirarse, aunque sea de reojo, para saber qué está pensando el otro. No les hacen falta palabras. Fernando López y María Ester Mazza llevan 37 años de casados … y todavía se siguen eligiendo. Lo hicieron frente a la imagen de la Virgen de Lourdes, en la gruta. No estaban solos: anoche monseñor Luis Villalba bendijo a otras 70 parejas que querían renovar sus promesas matrimoniales.

Fernando y María Ester tienen siete hijos y tres nietos, y varias crisis que fueron superando. “Muchos creen que el amor es descartable. No es así, cuando uno se casa debe matar al yo y hacer que viva el nosotros para siempre. No hay que casarse y seguir viviendo como soltero”, dice Fernando.

María Ester mira a su marido con una sonrisa de aprobación y asienta su mano sobre la rodilla de su esposo. “Nuestra vida matrimonial se afianzó mucho en Lourdes, con el servicio que prestamos aquí. El mensaje nos plenifica, nos hace estar más unidos. Cuando nos conocimos teníamos un amor imperfecto y el día que el Señor llegó a nuestra vida conocimos el amor perfecto”, afirma.

¿Qué diferencia hay con la primera vez? “El día del casamiento uno está muy nervioso. En cambio, a esta ceremonia uno puede vivirla más con el corazón y decir: ‘si, quiero estar con vos toda mi vida”.

¿Y cuántas veces lo han hecho ustedes? María Ester mira a su esposo y vuelve a sonreír. ¿Cuántas? Él suelta una carcajada. “No sé... Más de 15, seguro”.