Con el talento Raña flor de piel

"Tití" Campi fue un virtuoso y hoy forma futbolistas.

UN VISITANTE DE LUJO. Augusto Max (centro) visitó a los alumnos de la escuelita de Tití Campi, donde empezó todo para el jugador que brilla con la camiseta de San Martín. El Jefecito es un ejemplo. UN VISITANTE DE LUJO. Augusto Max (centro) visitó a los alumnos de la escuelita de "Tití" Campi, donde empezó todo para el jugador que brilla con la camiseta de San Martín. El "Jefecito" es un ejemplo.
06 Noviembre 2013
Cuando allá por 1962 apareció por Atlético para someterse a una prueba de suficiencia, lejos estaba en la cabeza de Raúl "Tití" Campi imaginar la brillante trayectoria que iba a desarrollar durante 12 años vistiendo la camiseta de los "decanos".

Hoy, a las 66 años y enfrascado en la función de director de su escuela de fútbol, que atiende personalmente en La Madrid al 600, "Tití" dejó por un instante su atención a los chicos que sueñan con trascender en este deporte para empezar a desempolvar el libro de los recuerdos.

"Antes de fichar en Atlético me fui a probar en varios clubes, pero era tan flaco que ni la ropa me querían dar. Recuerdo que un miércoles, que era el día que se probaban los jugadores libres, fui a Atlético. Me hicieron esperar un largo rato. En ese tiempo el técnico era Antonio Graneros. Ingresé en el segundo tiempo y al otro día lo llamaron a mi papá para decirle que debía firmar el contrato", relata el talentoso volante que se divertía con la pelota en los pies.

De lo que no se olvidará jamás fue de su debut en la Primera de los "decanos". "Fue un año después, a los 16. Ese día Atlético jugó con Cerro de Montevideo y yo convertí dos goles. Hoy cierro los ojos y todavía me acuerdo la felicidad que tuve porque empezaba a cumplir mi sueño de ser alguien en este deporte que aún hoy me sigue apasionando como el primer día que agarré una pelota de fútbol", asegura.

Campi recuerda que la vida le dio la posibilidad de jugar a la par de futbolistas que hicieron historia en el club de 25 de Mayo y Chile. "Tengo el mejor de los recuerdos de aquellos tiempos de juventud donde compartí vestuario con jugadores de la dimensión de Raúl 'Maestro' Villalba, Manuel Horacio Santillán, Juan Francisco Castro y Miguel Muñoz, entre otros. Pero el jugador que más admiré en mi vida fue Orlando Espeche. Fue un verdadero lujo tenerlo de compañero a 'Lito", que fue un gran futbolista pero mejor persona", asegura.

Uno de los hechos que lo marcó para toda la vida el gol que le convirtió a Antonio Roma, el legendario arquero de Boca, en 1969. "Recuerdo que fue de penal. En un primer momento nadie lo quería patear. Yo me cargué de coraje, tomé la pelota e hice el gol", cuenta y afirma: "Pero mi mayor satisfacción es que aún hoy tanto la gente Atlético y como al de San Martín me saluda con cariño".

Entre los momentos más tristes de su vida está la muerte de su padre. "En 1968 me fui a probar en Vélez. Todas las noches cenaba con Don 'Pepe' Amalfitani. El me dijo que Vélez le iba a comprar el pase a Atlético. Allí ya estaban 'Lito' Espeche,

'Lalo' Zóttola y 'Pepe' Solórzano. Pero muere mi padre y se me vino el mundo abajo. Me costó más de un año recuperarme anímicamente del mal momento que viví", explica quien manifestó su amor por la entidad de Bario Norte.

En su mente también tiene un lugar de privilegio para un clásico que se jugó en La Ciudadela. "Fue en el año 70. Para ese partido, Antonio A'ccorso, que era el técnico, nos concentra en Las Termas. Ese día ganamos 2 a 1. Yo convertí el primer gol; luego Miguel Ángel Pérez igualó para San Martín, pero Miguelito Argüello puso el 2 a 1 final. Fue un partidazo que gocé como a pocos en mi carrera", señala quien a la hora de consignar a los mejores técnicos que tuvo en su carrera recuerda "al 'Pila' Pollano, Manuel Giúdice y Antonio Graneros que me enseñaron muchísimo a lo largo de mi carrera".

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