El Padre Pío te invita a reencontrarte con Dios en Raco

La casa fue pensada para sacerdotes y familias en busca de un retiro espiritual. Ejercicios ignacianos

LUGAR DE MEDITACION. El padre Juan Rodolfo Apud en uno de los tantos lugares de oración que tiene el Complejo María, en Raco. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO LUGAR DE MEDITACION. El padre Juan Rodolfo Apud en uno de los tantos lugares de oración que tiene el Complejo María, en Raco. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO
23 Octubre 2013
Comenzó como un sueño, al abrigo del corazón. Miraron la inmensidad verde que los rodeaba, Raco, y pensaron: "¡Qué lindo sería tener un lugar de descanso aquí, para los sacerdotes y las familias que deseen reencontrarse con Dios en el silencio". Sólo fue un comentario lanzado al aire fresco de la montaña. El ya fallecido padre Juan Carlos Argañaraz y su entonces compañero de Seminario, el padre Juan Rodolfo Apud, no imaginaban aquel invierno de 1981, que empezaba a abrirse camino el Complejo María. El relato del padre Apud se interrumpe por la llegada de un contingente del instituto San José de Calasanz de Aguilares. Son 30 chicos de 5 y 6° grado que llegan para hacer un campamento educativo. El complejo tiene lugar para 46 personas. "Vamos a estar tres días, nos enseñarán valores y el cuidado del medio ambiente", cuentan Cristal, Ignacio y Guadalupe. "¡Y también vamos a subir por los cerros y a jugar a la pelota!" se entusiasma Mateo, cuya figura se contonea sobre un mullido follaje de fondo.

El Complejo María se recuesta en la ladera del cerro, a un lado de la ruta 341, un poco antes de llegar a la estación de servicio de Refinor. Es un paraíso tapizado de flores, donde las margaritas crecen silvestres. Está lleno de rincones naturales que invitan a sentarse a la sombra de algún árbol para meditar; los pájaros interpretan su música de fondo. En ese marco se realizan retiros espirituales ignacianos para las familias y los sacerdotes.

En ese terreno, que es un triángulo de 60 x 60 metros, el padre Argañaraz había imaginado erigir una capilla en honor al Padre Pío. "La devoción se le metió en el corazón una vez que viajamos a San Giovanni Rotondo. Estábamos en el comedor donde solía almorzar el Padre Pío, cuando sintió un fuerte olor a rosas. Otros sacerdotes que estaban allí no lo sintieron, y uno de ellos le explicó que era un regalo que el santo le hacía a algunas personas. Eso bastó para que el padre Juan Carlos se aferrara a esa devoción", cuenta el padre Apud.

Hoy, misa y oración
Como todos los 23, hoy se honrará a San Pío. En la capilla se oficiará misa a las 17 y se verá un video sobre su vida. También se servirá chocolate y se repartirá el "pancito" del Padre Pío, que se elabora con una receta original de Italia.

La capilla es pequeña y está rodeada de vitrales artesanales. Allí ofician misas los sacerdotes que vienen con los contingentes a dictar charlas o retiros. Aunque no es del pueblo, la capilla está abierta para todos.

"La finalidad del Complejo María es fortalecer los dos sacramentos que sostienen el orden social; el matrimonio y el orden sagrado. Si hay buenos sacerdotes y buenos matrimonios, hay buena sociedad", resume el padre Apud, que también es párroco de Nuestra Señora del Carmen, de Aguilares.

"El complejo está abierto a todos los que quieran venir, especialmente a los movimientos laicales. Sólo tienen que hablar por teléfono al 4925007 o al (381) 154626416 para averiguar la disponibilidad de lugar; se pueden quedar un fin de semana o varios días", dice Estela Ponce, quien junto a su marido, DanielApud, administran el complejo. Pueden concurrir personas cristianas o de otras confesiones. "Los interesados deben traer su ropa de cama y toallas, y nada más porque las colchas y la comida se las damos acá", dice Estela.

También hay una ermita para una sola persona, tiene habitación y baño privado.

En el complejo no hay tarifa. "Nos mueve el espíritu de que venir a descansar acá sea posible para todos. No es un lugar de vacaciones, sino un espacio de reencuentro con Dios, con los demás y con uno mismo. Solamente se paga la comida y algunos gastos de mantenimiento mínimo, porque no tenemos subsidios, hay que pagar todos los impuestos, este es nuestro apostolado", dice.

Aquí se han producido grandes conversiones, cuenta el padre Apud. "Una vez llegó un hombre alcohólico traído por su esposa. El padre Juan Carlos le dijo: a vos te pasa que estás distraído. Mirá la belleza que Dios ha hecho para vos', le dijo señalando el paisaje. Cuando el hombre volvió a la ciudad empezó un tratamiento para recuperarse", recuerda sonriente.

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