La señorial e histórica casa Chavanne sucumbió a la piqueta

La señorial e histórica casa Chavanne sucumbió a la piqueta

Desde hace años la venían saqueando. La semana pasada comenzó la destrucción que dará lugar a un edificio moderno.

LA GACETA / FOTO DEINéS QUINTEROS ORIO (ARCHIVO) LA GACETA / FOTO DEINéS QUINTEROS ORIO (ARCHIVO)
22 Octubre 2013
Un pasaje tranquilo, sombreado y silencioso. De esos que casi no se encuentran en la ciudad. El pasaje Bertrés pelea por conservar esas características, aunque el ruido del martilleo y los que son propios de una obra en construcción se lo están poniendo difícil.

Después de años de abandono, al final, la casa Chavanne Nougués ha sucumbido a la piqueta. Las exigencias del crecimiento poblacional le han marcado como destino convertirse en un edificio de alta gama. Moderno, funcional y alejado de los aires de Petit Hotel que le imprimían sus características estéticas.

Entre los vecinos hay sentimientos encontrados. Por un lado sienten una inmensa tristeza de perder una casa de alto valor arquitectónico que distinguía al pasaje. Pero también vuelven a tener la esperanza de que deje de ser "la villa cariño" de barrio Norte. Después de que funcionó el espacio DAR, en 2009, la vivienda de dos plantas quedó abandonada. Se convirtió en un imán del vandalismo y ofició de caedero para juntadas nocturnas y dudosas. Nora Vaca Campero hace 79 años que vive en el pasaje y conserva en su memoria los días de esplendor de la casa. Cuando vivían allí el doctor Jorge Chavanne, su mujer, Elena Nougués, y todos sus hijos. "Siempre había movimiento, gente que entraba y salía. La verdad es que es -bueno era- una joyita esa casa", comentó. Otro de los vecinos, José Trejo, contó que hace un par de años los propietarios la vendieron y de ahí pasó por varias manos hasta que la compró un grupo inversor.

LA GACETA se comunicó con una de las empresas que podría hacerse cargo de la obra, que está en etapa de anteproyecto. Confirmaron que allí se construirá un edificio de varias plantas. También se supo que el importante deterioro de la propiedad hizo que resultara inviable conservar algo de la casa original, que en un principio se había evaluado como opción. Roberto Buffo vive en la propiedad que está pegada (de frente, la que está a la izquierda) a la casa Chavanne. El director y pianista perteneció al grupo de vecinos que en 2011 solicitó que no se la derribara. Fue en la misma época que un grupo de tucumanos se movilizó para que no se tirara la casa Sucar, en avenida Salta 532. Ésta se salvó (por ahora), pero la Chavanne al final no tuvo la misma suerte.

Desde Chaco, donde continúa se carrera de director de orquesta, Buffo se enteró de la noticia. "Es tristísimo porque le va a cambiar la fisonomía al pasaje, pero en esta ciudad a nadie le importa el valor patrimonial de estas viviendas", dijo. Durante un tiempo también se había insistido para que la Municipalidad propiciara la opción de destinarla para actividades culturales, idea que nunca prosperó.

Buffo reconoció que desde que había caído en el abandono, la oscuridad atraía a grupos de adolescentes que se juntaban por las noches a tomar. "Hace dos años, la calidad de vida de esa calle cayó drásticamente", agregó. Los demás vecinos también coincidieron con esto.

Preocupado por lo que una construcción pueda ocasionar en su vivienda, el músico reiteró que no venderá su casa y que ya está pensando que un escribano certifique el buen estado de su propiedad antes de que algo le suceda. "La compré para morirme en ese lugar. Allí tengo mi piano y doy mis clases", explicó. Del lado derecho de la Chavanne hay otra casa abandonada que perteneció a la familia Griet.

La Chavanne no es la única que deja de existir. En la cuadra hay tres construcciones más que obligaron a derribar las antiguas. En dos de ellas se están levantando viviendas unifamiliares, en la otra no hay cartel todavía. Poco a poco, ese pasaje angosto y lleno de naranjos va cambiando esa peculiar impresión que daba la idea de que se había detenido en el tiempo.

Casa Toledo
Habia sido construida en 1925

En diciembre del año pasado comenzaron a circular las versiones de que la vivienda, ex propiedad de Ignacio Toledo, iba a ser demolida. Pocos meses pasaron hasta que el rumor se concretó. Hoy en ese espacio de la esquina hay paneles metálicos y unos cables que cruzan el aire que alguna vez ocupó la vivienda. Esa propiedad también figuraba en el Inventario de Sitios y Edificios de Valor Patrimonial de la Municipalidad, pero no sirvió de nada.

Casa Sucar
Todavía está desprotegida

Por el momento la polémica que levantó la posible demolición de esta casa se aquietó. Después de varios reclamos de vecinos ante la Comisión de Patrimonio decidió protegérsela por nueve meses. Ese plazo venció en octubre del año pasado y, posteriormente, confirmaron que la vivienda no sería declarada Bien de Interés Cultural. Las justificaciones fueron que la provincia no disponía de fondos para la expropiación. Aunque es un bien de Interés Municipal, nada la salva de la piqueta.

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