Argañaraz será el juez de Godoy Cruz-Boca

Argañaraz será el juez de Godoy Cruz-Boca

Argañaraz será el juez de Godoy Cruz-Boca
20 Octubre 2013
Vivir permanentemente ligado a una delgada línea entre el bien y el mal puede resultar una profesión de riesgo, de locos, quizás. Pero según Pedro Argañaraz, ser árbitro dista mucho del famoso y conocido descocado. Es una pasión contagiosa como la del futbolista. El juez juega su partido sabiendo que una equivocación puede torcer completamente un espectáculo y eso es lo lindo para el tucumano, hoy erigido en el mayor representante y abanderado del norte, en cuanto a referato se refiere.

Su ascenso puede catalogarse de meteórico. A los 31 años, Pedro II es un hombre de Primera y disfruta del sueño del pibe, del anhelo que alguna vez tuvo y también gozó su papá, Pedro.

"Fue un legado generacional", agradece junior al viejo, horas antes de jugar el partido más jugoso de su corta y explosiva carrera: Godoy Cruz-Boca, hoy a las 21.15, en Mendoza. En vez de sentirse aturdido, Argañaraz confiesa: "es uno más, como todos los que llevo dirigiendo en 10 años de profesión. No mido los partidos por los clubes a los que dirigiré. Estoy en Primera, todos son importantes", dice quien alguna vez la pasó mal en la cancha de La Florida. "Tuve que suspender un partido por una bomba de estruendo. Cayó cerca de un jugador visitante. Fue en el entretiempo... Ese día fue complicadito, tanto visitantes como nosotros (la terna) la pasamos un poco mal, ja. Es un inolvidable recuerdo que tengo", se le cae una sonrisa a Argañaraz, un convencido de que el reglamento lo es todo: "No soy tarjetero, no me considero así. Que un partido se resuelva mediante las reglas de juego es lo que importa".

Se sabe, el futbolista argentino, además de ADN de potrero, lleva en su lengua una carga verbal importante. Si es amonestado, protesta. Pide la extremaunción ¿Para qué, no se puede volver el tiempo atrás? "Eso mismo me pregunto yo, ja. Una vez que salió la tarjeta no se puede cambiar nada. A veces los jugadores se contagian de la gente, y viceversa. Simulaciones, demoras innecesarias, son cosas que quizás no pasan en otras ligas", explica sin quejarse.

Ser árbitro no es calzarse los cortos los fines de semana y punto. No. "Es una actividad que te demanda muchísimo tiempo entre viajes, entrenamientos, pruebas físicas y perfeccionamiento. Nunca sabés cuándo hay una actividad y tenés que estar listo. ¿Si se puede vivir de la profesión? Sí, claro. Cuando te profesionalizás", confía Argañaraz y pide un espacio para el agradecimiento: "El trabajo que se hace en la Liga Tucumán de Fútbol es excelente. Por algo estoy donde estoy y por algo la AFA nombró a Tucumán como cabecera del norte para los árbitros. Es un orgullo".

Argañaraz vive el momento, le saca el jugo. "No pienso más allá, solo quiero disfrutar", confiesa este reconocido chico de campo. "Soy de San Andrés y no lo cambio por nada del mundo. Ni por 70 horas de viajes semanales, ja", concluye.

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