El cobro de impuestos provinciales desnuda algunas realidades acerca de la actividad económica tucumana como también de la presión fiscal que se ejerce sobre los contribuyentes; los que cumplen y los que "regularmente" incumplen con el fisco. Un ejemplo de esta situación es Ingresos Brutos. De los $ 2.000 millones que la Dirección General de Rentas acumuló de recaudación en el primer semestre, el 76% corresponde a aquel tributo ($ 1.529 millones en términos redondos). Una explicación de ese fenómeno puede asentarse en el incremento (de cerca del 40%) en la alícuota de Ingresos Brutos aplicada desde el año anterior. Y se trata de actividades que han sobrevivido a los embates de la desaceleración, como el comercio, los servicios, la construcción y las transacciones bancarias. Otra, la más difundida en la Casa de Gobierno, es que la primera mitad de este 2013 electoral ha dejado buenas nuevas para la actividad económica tucumana. El gobernador José Alperovich tiene informes que dan cuenta de que el Producto Bruto Geográfico (PBG) se ha expandido no menos del 4,5% y más cerca del 5% entre enero y junio. Y que ese es un síntoma de la reactivación, que ha motorizado los ingresos de las industrias, de los comercios y de las empresas, en general. Eso sin tomar en cuenta que un 40% de la economía provincial sigue en el terreno de la informalidad. En el más oscuro de los escenarios; allí donde no se asoman los inspectores de Rentas, ya sea por que no cuenta con la información necesaria para fiscalizar o porque directamente no es tomado en cuenta a la hora de las inspecciones.
Hablando de lo oscuro de los datos estadísticos, hay uno que golpea los cimientos del poder: el de la informalidad laboral. Tucumán ha mostrado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa más elevada de empleo no registrado entre los 31 principales aglomerados urbanos de la Argentina. El 45,5% del total de asalariados del Gran Tucumán-Tafí Viejo (114.000 casos) está en negro. La actual gestión no ha encontrado la manera de disminuir ese porcentaje. Alperovich se escuda en el siguiente argumento: "no se puede apretar a los empresarios, en tiempos de desaceleración económica, porque al instante dejan trabajadores en la calle". Si se toma el dato de reactivación, el escenario se ha modificado. Por eso, Rentas volvió a la carga contra aquellos empleadores que no presentaron declaraciones juradas para blanquear a su plantel. Después de la moratoria, que vence a fines de mes, volverán las inspecciones. Y, tal vez, una nueva legislación para combatir el trabajo en negro en Tucumán.
¿Qué más dice la recaudación provincial? Que los propietarios de viviendas están pagando más de un 25% por la carga tributaria del Inmobiliario que, ahora, es mensual. Y, por ese motivo, no pesa tanto como antes. Una parte del fuerte incremento de los ingresos por el cobro de ese impuesto patrimonial (tal vez la mayor porción) se explica en el revalúo; otro por el efecto "moratoria" y también, por qué no, por la conducta de cumplimiento del contribuyente. Sólo en junio, el cobro de Inmobiliario creció un 155% respecto de igual mes de 2012. En Automotor, el incremento recaudatorio interanual fue del 44%. En el último año hubo un incremento en el nivel de patentamientos de automóviles livianos, no así los pesados, por la crisis del agro. Los contratos siguen creciendo. Sellos ha reportado una expansión interanual del 34%. Así las cosas, el Gobierno tiene oxígeno financiero asegurado para cerrar el año con otro récord de recaudación y un mayor margen para gastar. La cuestión central, en definitiva, es la calidad de ese gasto que financian los tucumanos y las empresas radicadas en la provincia. La tentación es grande, tanto como el aporte de los contribuyentes.
Hablando de lo oscuro de los datos estadísticos, hay uno que golpea los cimientos del poder: el de la informalidad laboral. Tucumán ha mostrado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa más elevada de empleo no registrado entre los 31 principales aglomerados urbanos de la Argentina. El 45,5% del total de asalariados del Gran Tucumán-Tafí Viejo (114.000 casos) está en negro. La actual gestión no ha encontrado la manera de disminuir ese porcentaje. Alperovich se escuda en el siguiente argumento: "no se puede apretar a los empresarios, en tiempos de desaceleración económica, porque al instante dejan trabajadores en la calle". Si se toma el dato de reactivación, el escenario se ha modificado. Por eso, Rentas volvió a la carga contra aquellos empleadores que no presentaron declaraciones juradas para blanquear a su plantel. Después de la moratoria, que vence a fines de mes, volverán las inspecciones. Y, tal vez, una nueva legislación para combatir el trabajo en negro en Tucumán.
¿Qué más dice la recaudación provincial? Que los propietarios de viviendas están pagando más de un 25% por la carga tributaria del Inmobiliario que, ahora, es mensual. Y, por ese motivo, no pesa tanto como antes. Una parte del fuerte incremento de los ingresos por el cobro de ese impuesto patrimonial (tal vez la mayor porción) se explica en el revalúo; otro por el efecto "moratoria" y también, por qué no, por la conducta de cumplimiento del contribuyente. Sólo en junio, el cobro de Inmobiliario creció un 155% respecto de igual mes de 2012. En Automotor, el incremento recaudatorio interanual fue del 44%. En el último año hubo un incremento en el nivel de patentamientos de automóviles livianos, no así los pesados, por la crisis del agro. Los contratos siguen creciendo. Sellos ha reportado una expansión interanual del 34%. Así las cosas, el Gobierno tiene oxígeno financiero asegurado para cerrar el año con otro récord de recaudación y un mayor margen para gastar. La cuestión central, en definitiva, es la calidad de ese gasto que financian los tucumanos y las empresas radicadas en la provincia. La tentación es grande, tanto como el aporte de los contribuyentes.
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