Por Leo Noli
08 Abril 2013
LEJOS DEL ARCO. Cobelli, que intenta cubrir el balón ante la marca de un rival de Sarmiento, no tuvo chances de gol.
Historia repetida. Partido de ida y vuelta sin un dominador absoluto. Atlético cree poder convertirse en amo y señor y sale a la carga barraca. Perdido al inicio, encuentra su rumbo y marca terreno. Llega al área y se encomienda a la suerte de los cielos. Michael Etulain, un San Pedro protector de los dominios de Sarmiento, le prohíbe la entrada a su edén. Ataja una, dos, tres y cuatro el suplente de Lucas Ischuk.
Es figura el "1". Amarga al hincha, al rival, a "RR" y a todo el pueblo "decano". Un arquero, como suele suceder casi fin de semana por medio, es el verdugo de Atlético. En casa, el equipo patina, se queda sin nafta, quema ideas, desespera y se hunde. Quizás sea mala suerte, pero los tres puntos huyen de 25 de Mayo y Chile. Etulain fue el culpable en parte de eso. El otro que pega fuerte es su compañero de escuadra, Héctor Cuevas. El delantero cabeceó abajo desde una posición ideal para cambiarle el palo a Lucchetti. Nada que hacer "Laucha", nada que hacer Atlético. El que propuso quedó con las manos vacías. Una vez más.
Si es injusta o no esta nueva caída de local no se sabe. Chances tuvo el "decano". No las convirtió, entonces el destino quiso que los de Junín se lleven la torta de la fiesta del Monumental. Acertaron en su única chance clara, mientras que el dueño de casa falló siempre. Dutari sintió el apriete de Etulain, que repitió en el complemento la misma iniciativa ante un "Pulguita" desorientado. Y cuando tuvo que volar, Michael voló. Arriba le cortó las alas a Montiglio, que lo fusiló, al igual que Mármol, al rato.
Atlético se fue con una nueva amarga sensación. Mereció más, no lo consiguió. Sarmiento, un equipo de pocas pulgas, ganó con inteligencia. Le trasladó rápido la pelota al enemigo y se cerró como una fortaleza atrás. Sarmiento, el de apellido de prócer de la B Nacional, sueña con pelear un lugar en Primera. Atlético, por más que las matemáticas ayuden, se hunde más en sus propias arenas movedizas.
Los buenos resultados logrados de visitante chocan contra una pared a 200 kilómetros por hora cuando Atlético debe consolidar su tarea en el Monumental. Tal vez sea un maleficio, vaya uno a saber. ¿Probaron con un brujo?
Barrado no levanta cabeza y el equipo lo siente horrores. Bustamante, quien buscó ser su socio, fue su contracara. Sin brillar, el 10 se conectó como pudo con la dupla ofensiva. Se necesita del "Barrado encendido" urgente.
Los números dicen que el "decano" puede pelear el ascenso. La realidad, en cambio, dice lo contrario. Sin regularidad es imposible consolidar un objetivo. La prioridad es llegar a 50 puntos. Quedan 30 en juego y necesita 11.
La línea de tres no desatinó ayer. Hubo conexión aunque en el gol de cuevas hubo una falla atrás que colaboró con Cuevas. Igualmente, cualquier sistema que rompe si los que deben manejarlo adentro no están en su día.
Es figura el "1". Amarga al hincha, al rival, a "RR" y a todo el pueblo "decano". Un arquero, como suele suceder casi fin de semana por medio, es el verdugo de Atlético. En casa, el equipo patina, se queda sin nafta, quema ideas, desespera y se hunde. Quizás sea mala suerte, pero los tres puntos huyen de 25 de Mayo y Chile. Etulain fue el culpable en parte de eso. El otro que pega fuerte es su compañero de escuadra, Héctor Cuevas. El delantero cabeceó abajo desde una posición ideal para cambiarle el palo a Lucchetti. Nada que hacer "Laucha", nada que hacer Atlético. El que propuso quedó con las manos vacías. Una vez más.
Si es injusta o no esta nueva caída de local no se sabe. Chances tuvo el "decano". No las convirtió, entonces el destino quiso que los de Junín se lleven la torta de la fiesta del Monumental. Acertaron en su única chance clara, mientras que el dueño de casa falló siempre. Dutari sintió el apriete de Etulain, que repitió en el complemento la misma iniciativa ante un "Pulguita" desorientado. Y cuando tuvo que volar, Michael voló. Arriba le cortó las alas a Montiglio, que lo fusiló, al igual que Mármol, al rato.
Atlético se fue con una nueva amarga sensación. Mereció más, no lo consiguió. Sarmiento, un equipo de pocas pulgas, ganó con inteligencia. Le trasladó rápido la pelota al enemigo y se cerró como una fortaleza atrás. Sarmiento, el de apellido de prócer de la B Nacional, sueña con pelear un lugar en Primera. Atlético, por más que las matemáticas ayuden, se hunde más en sus propias arenas movedizas.
Los buenos resultados logrados de visitante chocan contra una pared a 200 kilómetros por hora cuando Atlético debe consolidar su tarea en el Monumental. Tal vez sea un maleficio, vaya uno a saber. ¿Probaron con un brujo?
Barrado no levanta cabeza y el equipo lo siente horrores. Bustamante, quien buscó ser su socio, fue su contracara. Sin brillar, el 10 se conectó como pudo con la dupla ofensiva. Se necesita del "Barrado encendido" urgente.
Los números dicen que el "decano" puede pelear el ascenso. La realidad, en cambio, dice lo contrario. Sin regularidad es imposible consolidar un objetivo. La prioridad es llegar a 50 puntos. Quedan 30 en juego y necesita 11.
La línea de tres no desatinó ayer. Hubo conexión aunque en el gol de cuevas hubo una falla atrás que colaboró con Cuevas. Igualmente, cualquier sistema que rompe si los que deben manejarlo adentro no están en su día.
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