Una monja franciscana celebró el nombre elegido por el Papa

Una monja franciscana celebró el nombre elegido por el Papa

"Es una gran responsabilidad", afirmó la hermana Gregoria Susnik, que además es argentina

FRANCISCANA Y ARGENTINA. Los flashes se enamoraron de la hermana Susnik. FRANCISCANA Y ARGENTINA. Los flashes se enamoraron de la hermana Susnik.
18 Marzo 2013
EL VATICANO (Enviado especial).- Apoyada en una de las dos fuentes de la plaza de San Pedro, intentaba leer. Pero no podía: constantemente la interrumpían personas que querían tomarle una foto. Ella accedía y, aunque era evidente que quería seguir con su libro, a nadie le ponía mala cara. No, no era una persona famosa. Al contrario. Era una más de las incontables religiosas que transitan habitualmente por el Vaticano. La diferencia con el resto era que la hermana Gregoria Susnik estaba envuelta en una bandera argentina. Y que, además, es franciscana.

Si bien Gregoria vive desde hace muchos años en Roma, la une un vínculo especial con Tucumán. "¿Lo conoce al obispo Luis Urbanc (prelado de Catamarca y hermano del sacerdote Francisco Urbanc)?", le preguntó sorpresivamente a este cronista. "Yo lo conozco mucho, porque mis padres eran de la colectividad eslovena, al igual que los suyos. Le tengo mucho cariño a esa provincia", aseguró.

Envuelta en la bandera argentina y mientras sostenía la biografía de Benedicto XVI que los pedidos de fotos le impedían seguir leyendo, esta religiosa oriunda de Lanús, aseguró que la elección de Francisco como Papa es un signo de que la Iglesia Católica es verdaderamente universal.

"Ayer por la tarde estuve conversando con un cardenal elector que participó del cónclave y me dijo que le parece increíble que en tan poco tiempo se hayan puesto de acuerdo tantos cardenales. Además, me contó que durante el cónclave reinó la alegría y la tranquilidad", relató.

Sorprendida

Como franciscana, Gregoria confesó que en un principio la sorprendió el nombre que eligió Jorge Bergoglio para ejercer su pontificado. Y que la decisión la puso muy feliz. Eso sí: admitió que es una gran responsabilidad para todos los religiosos y religiosas de esta orden: "es un llamamiento a la radicalidad franciscana que nos tiene que mover a todos", concluyó para intentar seguir con su lectura.

"Le hará bien al mundo".- Además de las argentinas, ayer en la plaza de San Pedro ondeaban banderas de otros países americanos. Las de Brasil ganaban por goleada. Pero también había paraguayas, peruanas y colombianas. Y la ansiedad por ver al Papa que demostraban quienes las sostenían hacía pensar que, desde el fin del cónclave, se borraron las fronteras en América Latina. Alrededor de María Medina sonaban voces en todos los idiomas. Pero a pesar de su tono de voz suave, su acento musical y peruano la hizo destacarse: "Francisco le va a hacer muy bien al mundo", aseguró esta inmigrante que cuida ancianos y que en siete años sólo pudo regresar a su casa dos veces.

"Trato diferente".- Su compatriota, Carmen Blanco, dijo que Francisco no les pertenece sólo a los argentinos, sino a todos los Latinoamericanos. Y que eso se nota en la forma en que ahora los tratan los italianos. "Hay una gran diferencia; ahora somos el centro de atención. El otro día me regalaron el desayuno en un bar", contó entre risas.

"Un poco argentina".- Para la paraguaya Clementina Dávalos, la llegada al papado de Francisco es comparable con ganarse un millón de euros. "Tengo que confesar que yo me siento un poco argentina. Si bien nací en Paraguay y estoy en Italia desde hace 10 años, viví en Argentina y tengo un hijo que trabaja en Liniers (Capital Federal). Por eso, estoy muy orgullosa del Papa", contó. Giovanni Douglas, un joven de Minas Gerais, opinó que si alguna vez existió rivalidad entre argentinos y brasileños más allá de lo futbolístico, la llegada de Francisco al papado la borró.

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