Tal vez después de esta nota a algún empresario se le ocurra invertir en un hotel para dejar las plantas en verano, como ya ocurrió en Madrid (ver "Un hotel..."). Mientras tanto, nosotros, los tucumanos, tendremos que seguir poniendo ingenio para que no encontremos un cementerio cuando volvamos de viaje.
No siempre se cuenta con la persona de confianza que quiera (y que sepa) darle una vuelta a la casa y atender nuestras plantas, lo que sería la solución ideal para conservarlas en épocas de viajes. De todos modos, una cosa no quita la otra y aún siguiendo estos consejos, le podés pedir a alguien que vaya de vez en cuando a ver si está todo en orden.
En el mercado existen algunos kits de riego automático para desentenderte de echarles agua durante algún tiempo, pero no son fáciles de conseguir al menos en nuestra ciudad. Por eso, te acercamos algunos métodos caseros y económicos para cumplir con la función de "riego automático". Algunos de ellos, incluso, pueden servirte para mantener las plantas húmedas durante todo el año, principalmente las que son de difícil acceso o simplemente para no estar pendiente de regarlas todos los días.
Cada método será más o menos adecuado en relación con la cantidad de agua que necesiten las plantas y el tiempo que las vas a dejar solas.
Tips I
De a poquito.- El primer método consiste en hacer microperforaciones a la tapa de una botella plástica y enterrarla boca abajo para que suelte agua progresivamente. Es importante que las perforaciones se hagan con un alfiler y no con un clavo, por ejemplo, para que no haya un exceso de líquido en la maceta. Llená de agua la botella, dejando un pequeño espacio con aire. Antes de enterrarla, probá si efectivamente se produce el goteo, sin presionar la botella. En el caso de que no gotee, hacer un pequeño agujero en el fondo de la botella, de manera que se elimine el vacío. El tamaño de la botella dependerá de las dimensiones de la maceta. Consejo: las tapas de botellas de agua mineral y/o aguas saborizadas son más blandas para perforar que las de gaseosas.
El método del mechero.- Para este método es necesario disponer de algunos metros de cordón de algodón y de recipientes para contener agua. Simplemente se entierra un extremo del cordón en el suelo o en la maceta y el otro se sumerge en el recipiente lleno de agua. De esta forma, la planta irá absorbiendo la cantidad de agua que necesita para estar siempre húmeda. De un mismo recipiente pueden "alimentarse" varias macetas agrupadas, cada una con su cordón. Se calcula que dos litros de agua pueden surtir una maceta mediana durante un mes, así que tenés que calcular cuánto hará falta. Consejo: es conveniente que el recipiente sea de boca angosta (un fuentón es lo menos indicado) para retrasar la evaporación natural del agua y que rinda más. Si no tenés cordón de algodón, lo podés reemplazar con tiras de prendas de ese material que ya no uses.
Sacrificá una manguera.- Este método sirve sobre todo para los canteros del jardín. Se puede regar grandes extensiones utilizando una manguera con pequeños pinchazos con la que se realizará un circuito que cubra nuestras necesidades. Se deja el caño abierto lo menos posible, de modo que mantenga la tierra a su paso húmeda pero sin gastar cantidades enormes de agua y sin ahogar las plantas.
Tips II
Solución rápida.- Este método es útil para plantas que no necesitan mucho riego y es una solución rápida para un viaje relámpago. Sobre la mesada de la cocina o el lavadero se coloca una ballerina dejando una de sus puntas caídas hacia la pileta o la bacha. Se coloca la maceta sobre el paño y luego se llena la bacha. La ballerina absorberá agua gradualmente y subirá por capilaridad desde la base de la maceta.
Como en el hospital.- Con este seguro decís: ¡cómo no se me ocurrió antes! Consiste simplemente en utilizar un gotero de hospital, esos que se usan para hacer pasar el suero a los pacientes, y regularlo según la necesidad de agua de cada planta (por ejemplo, una gota cada tres segundos).
Más opciones con botellas.- Siguiendo con las botellas plásticas, este método es útil para aquellas plantas que consumen mucha agua. Nuevamente, el tamaño dependerá de la maceta. Cortá el fondo de la botella lo más abajo posible y enterrala con la tapa perforada boca abajo. Otra variante es perforar el cuerpo de la botella y enterrarla con la boca hacia arriba de modo tal que solo se vea la tapa, la que quedará sin perforar. Este método es más estético que los otros ya que la botella queda oculta y, además, no riega por presión atmosférica sino por capilaridad.