La Chilinga propone una noche de potentes tambores

La Chilinga propone una noche de potentes tambores

El grupo de percusión se presentará por primera vez en Tucumán. Una escuela fundada por el ex baterista de Los Piojos.

SHOW. El grupo interpretará temas editados en sus cinco discos. BUENOSAIRES.GOV SHOW. El grupo interpretará temas editados en sus cinco discos. BUENOSAIRES.GOV
16 Noviembre 2012
La percusión al palo; así podría contarse lo que hace y lo que es La Chilinga, el ensamble que llega por primera vez a Tucumán. Su historia se inició en 1995, como una escuela de percusión, que comenzó a investigar numerosos ritmos afroamericanos, algunos conocidos como el candombe o la rumba y otros extraños a nuestra lengua, como el abakua, makuta o bembé.

La escuela esta dirigida por el baterista y percusionista Daniel Buira, quien ha realizado estudios relativos a la percusión en distintos países de Latinoamérica: Brasil (Salvador de Bahía, Río de Janeiro), Uruguay y Cuba.

El grupo lleva editados varios discos: "Raíces", "Muñequitos del tambor", "Viejos Dioses" y "Percusión", donde los tambores no se detienen ni un instante, con su potencia expresiva. En "Raíces" participaron más de 200 músicos de la Chilinga y La Chilinguita, de edades entre 5 y 60 años.

En "Muñequitos del tambor", el canto suave del coro en la versión de "Duerme negrito" contrasta con la fuerte expresión de la percusión.

La Chilinga, además de sus discos, colaboró con la banda sonora de la película "Hijos", y con Mercedes Sosa en "Cantora"; con Calle 13 en un video y con Jaime Roos, Rubén Blades y Pedro Aznar, entre otros artistas.

"La idea de la escuela surge después de realizar varios viajes por diferentes países, estudiando percusión y al darme cuenta de que hasta ese momento en nuestro país no había nada de ese estilo. En Brasil son notorias las batucadas como Timbalada u Olodum. Así se formó el primer grupo de La Chilinga, con no más de 14 integrantes; actualmente la Escuela de Percusión Popular La Chilinga cuenta con más de 750 alumnos distribuidos en todas sus sedes", cuenta Buira.

"La percusión es un terreno difícil. Tocar un tambor es algo muy directo; no es como una guitarra, que tenés que comprártela, sentarte y ponerte a estudiar, aprender a leer música... Es una conducta que sí o sí la tenés que seguir. Con el tambor no pasa lo mismo. Hay gente que cree que es solo golpear y cuanto más fuerte mejor, pero no es así: es una música muy sensible", agrega.

El espectáculo cuenta una puesta en escena con 80 instrumentos y un especial grupo de bailarinas danzando afro, con el popurrí de canciones de los cincos discos.





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