"Si dirijo una sinfonía de
Anton Bruckner seré, conscientemente o inconscientemente, centroeuropeo. Pero si toco tango al piano, soy argentino... No soy ni solo judío, ni argentino ni solo un músico afincado en Alemania", dice de sí
Daniel Barenboim (foto).
El pianista y director argentino-israelí, figura universal de la música clásica y símbolo de la conciliación política, celebra hoy sus 70 años. Y lo hará en Berlín, al frente de la prestigiosa Filarmónica, con dos conciertos para piano: el N° 3 de Beethoven y el N° 1 de Tchaikovsky (ver "en la web").
Barenboim hizo de la música de Wagner uno de los estandartes de su predicamento político por el diálogo en Medio Oriente. Nació en Argentina, de padre y madre pianistas (familia judía de origen ruso) se naturalizó israelí y español, y es ciudadano palestino.
Dirige la orquesta del Diván Este-Oeste, integrada por músicos de Israel, países árabes y España, que se ha convertido en el mayor emblema político del universo musical. Sin embargo, su prédica conciliadora no fue siempre bien recibida. En 2001 dirigió "Tristán e Isolda" en Jerusalén y lo tildaron de nazi y facsista.
Ofreció su primer concierto a los siete años e inmediatamente fue invitado por el Mozarteum de Salzburgo para continuar sus estudios en esa ciudad. Se formó con
Nadia Boulanger e
Igor Markevitch.
Con el apoyo de
Arthur Rubinstein, se presentó en los escenarios más exigentes de Londres, París y Nueva York y, en 1966 se incorporó a la English Chamber Orchestra. Desde entonces fue protagonista de la música clásica al frente de la New Philharmonia Orchestra, la Opera de la Bastilla, el Festival Mozart, la Orquesta Filarmónica de Chicago y la Deutsche Staatsoper de Berlín.
EN LA WEB
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www.youtube.com/watch?v=OiFgpH0cP54
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www.youtube.com/watch?v=g8ZWXfYLwUU