"Entra solo la gente conocida, los habitués"

"Entra solo la gente conocida, los habitués"

Un RRPP de varios boliches accedió a hablar con LA GACETA. "No se puede poner en la lista a cualquiera porque si no son del ambiente, no se van a sentir cómodos".

23 Octubre 2012
El que arma las listas de los que entran en los boliches es el RRPP (relacionista público). Supuestamente, aquellos cuyos nombres están incluidos en ese listado son los que pueden entrar gratis. También, supuestamente, quien vaya a la boletería y pague la entrada puede ingresar, con condiciones, claro.

"Tiene que estar bien vestido, presentable", dice un RRPP de varios boliches tucumanos y que pidió no ser nombrado en la nota. Pero a poco de andar, de la charla surge que hay otras condiciones que cumplir: "Entra la gente conocida, los habitués, porque son lugares chicos y no se puede poner en la lista a cualquiera", indica.

"Yo armo la lista con la gente que conozco, y si me piden que incluya a alguien que no conozco, pido referencias, o la busco en Facebook para tener una idea de cómo es -agrega el relacionista público-. "A veces quieren entrar personas que no son del ambiente, que no se van a sentir cómodas. Si yo voy a Metrópolis, por ejemplo, que no es mi onda, tampoco me voy a sentir cómodo. Entonces el portero, lamentablemente, le tiene que decir a esa persona que no puede entrar".

El aspecto también tiene algo que ven en la "selección" que se hace en la puerta. "Si la persona no está en lista, pero está presentable, puede pasar", aclara el relacionista público."Si no es gente de la noche, no pasa. Si viene un tipo de 50 años, con su mujer, bien vestido y todo, igual le tengo que decir que no, porque no se va a sentir cómodo, el lugar está lleno de gente joven. A veces llegan grupos de chicas de Yerba Buena, bien vestidas pero con zapatillas y también hay que decirles que no pueden entrar".

El relacionista público continúa argumentando: "En un boliche para 600 personas, una persona que no fue nunca, no puede entrar porque no es la onda del lugar. Se cuida la puerta, porque es un lugar chico. Un boliche de 3.000 personas no necesita y sólo quiere facturar".

"No es la discriminación por el color de la piel o por si es petiso o alto. A veces viene un grupo de chicas 'bien', con otra que no es conocida, sólo entran las habitués. Pasa que viene gente a robar o llega ebria". LA GACETA©

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