Sin ser de fuego, el "santo" pasó la prueba

Sin ser de fuego, el "santo" pasó la prueba

Con un buen primer tiempo, San Martín le ganó 2-1 a Tiro, un rival inferior que lo hizo sufrir.

DE LO MEJOR. Chanquía quiere bloquear el pase de Amaya y aunque no lo conseguirá pudo jugar un gran partido. LA GACETA /FOTOS DE ENRIQUE GALíNDEZ DE LO MEJOR. Chanquía quiere bloquear el pase de Amaya y aunque no lo conseguirá pudo jugar un gran partido. LA GACETA /FOTOS DE ENRIQUE GALíNDEZ
"Dime con quién juegas y te diré qué equipo eres". El dicho popular es otro pero vale la pena reformularlo tras la primera presentación de San Martín de local: le ganó 2 a 1 a Tiro Federal pero tras el silbatazo final quedó rondando una pregunta: ¿es realmente una medida seria como para evaluar el nivel del "santo"? La respuesta es no. Nadie duda de que la victoria fue clara ni de la superioridad entre un plantel y otro. Son los problemas que el equipo de Carlos Ramacciotti tuvo para plasmarla los que generan algo de dudas.

Si seguimos con los refranes y la primera impresión es la que realmente cuenta, el partido empezó con errores básicos de la defensa visitante. Malos cálculos, rechazos al medio, dificultad al pararse y mantener el equilibrio que nos pusieron prejuicios a todos los espectadores: esto iba a ser un abuso.

El primer gol confirmó algunas de las sospechas. El centro de Juan Chanquía fue tan débil que todos descontaron que el defensor la pararía y saldría jugando. Pero no: la pelota lo superó y Gustavo Balvorín sólo tuvo que empujarla.

El segundo, cerca del final del primer tiempo ya no cuenta como primera impresión pero sí como otra falla grosera, bien aprovechada por San Martín. Tiro prácticamente entregó un tiro libre que tenía en campo contrario y entre Chanquía, Gustavo Ibáñez y Rubén Molina hicieron el resto para poner el partido 2-0. ¿Cuánto más iba a regalar el equipo rosarino?

En el segundo tiempo el "santo" debería haber aplastado a un rival que lo tenía en el piso. Sin embargo, lo dejó reaccionar. El descuento dejó una sensación: entre ambos hay más de un gol de diferencia y más allá de que un empate hubiese sido ridículo, el local no pudo contestar con goles todo lo malo que se vio del otro lado.

El próximo rival del "santo" es San Jorge, uno de los punteros. La vara estará más alta y será en el momento justo: es hora de que a San Martín lo prueben hasta el máximo. Si la exigencia es mejor, las conclusiones también pueden serlo.

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