Carlos Melconian no tiene dudas de que la presidenta Cristina Fernández ha cerrado un capítulo de los incumplimientos argentinos. Sin embargo, el economista deja en claro que no es necesario armar un show para anunciar algo que para cualquier habitante del mundo es un hecho normal. "Sólo se trata de cumplir una obligación, como cuando en la casa se honran las deudas", dijo ayer a LA GACETA antes de disertar en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNT. Así se refirió a la cancelación del último cupón del Boden 2012.
Según el director de M&S Consultores, "es casi vergonzoso que se festeje internamente algo sólo para hacer creer a la ciudadanía que se está levantando una deuda que otro no abonó". "Actualmente, mantiene impacto a gran cantidad de acreedores, como el Club de París o los tenedores de títulos públicos, sin perder de vista un conjunto de juicios en contra del país que están en el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferendos relativos a Inversiones)", advierte.
Más allá de la cancelación del Boden 2012 y la promesa presidencial de que también se honrará los vencimientos previsto para este año del Cupón PBI, Melconian cree que el país está en una situación de cuasiinsolvencia. "Y en esto hay que observar sólo lo que ocurre alrededor nuestro: cómo es posible que haya un país como el nuestro, donde los bonos en dólares rindan entre un 14% y un 15% y tiene al lado a uno más chico y a otro gigante y pagan 2% o 3% por los mismos bonos. Ahora, si me bajo de un plato volador y veo esto, pensaré que el país es insolvente", grafica.
El economista sostiene que el país puede pagar su deuda en dólares porque utilizará las reservas internacionales del Banco Central que se compran con emisión monetaria, no con solvencia fiscal. Lo contraproducente de ese proceso, alerta, es que la mayor emisión genera inflación y que, en definitiva, es un impuesto que pagan los más pobres. "En consecuencia, el pobre está financiando el gasto del Estado; tal vez el gobierno le diga 'te estamos ayudando con el plan social', pero por otra ventana se la cobran, ya que ese mismo pobre es un pagador nato de alimentos y frutas", fundamenta.
Como el futbolista
En su charla con LA GACETA, Melconian afirma que el programa económico vigente es estrictamente dependiente de los precios internacionales. "Estamos dependiendo de la danza de la lluvia y de que haga calor en el norte (EEUU). Hay buenos precios en la soja y nadie puede saber lo que puede pasar en el futuro, ni siquiera los estadounidenses previeron una seca con sus modernos satélites", afirma.
Por esa razón, el consultor considera que el Gobierno debería aplicar la misma estrategia que la que suele utilizar un jugador de fútbol que, a los 35 años, sabe que se le acaba la carrera y tiene que pensar cómo vivirá en el futuro.
"Un estadista es como un padre de familia que quiere lo mejor para sus hijos. Como la izquierda chilena, que le dejó canutos al próximo gobierno y guardó porotos a través de políticas anticíclicas concretas", refiere. "En nuestro país, un gobernante ve que, si la mano viene bien, intenta quedarse por 20 años o más y no es así", dice.
Finalmente, al referirse al cepo cambiario, el economista sostiene que responde a una política económica inconsistente. "No hay nada que hacer cuando un pueblo no confía en su moneda. Sólo se necesita demostrar que se es estable; sólo así no querrán dólares o reales brasileños", puntualiza.