El tortuoso recorrido de los restos hasta Recoleta

BUENOS AIRES.- Los restos mortales de Eva Perón debieron esperar largos años para poder descansar en paz tras su muerte el 26 de julio de 1952. Considerado un botín político, el féretro con el cuerpo embalsamado fue secuestrado luego del golpe de Estado de 1955 que derrocó a su viudo, Juan Domingo Perón.

Los restos descansaban en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT), a la espera de la construcción del Monumento al Descamisado, donde iban a ser albergados, cuando militares que integraban la Revolución Libertadora golpista se los llevaron. El féretro fue escondido dos años en diversos lugares, desde la caja de una camioneta hasta el despacho del teniente coronel Carlos de Moori Koenig, autor del secuestro. En 1957 fue trasladado a Italia, para ser enterrado bajo el nombre falso. Recién en 1971, el dictador argentino Alejandro Agustín Lanusse ordenó la entrega del cuerpo a Perón, en Madrid. El cadáver fue repatriado tres años después, ya fallecido Perón, por su viuda y ex presidenta, María Isabel "Isabelita" Martínez de Perón. Hasta el golpe militar de 1976, el féretro estuvo en la residencia presidencial. Luego los militares lo entregaron a familiares de Evita, para ser enterrado en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires. (DPA)