Scioli sufre el tironeo de los opositores y la ira kirchnerista

Scioli sufre el tironeo de los opositores y la ira kirchnerista

Lanzó su candidatura presidencial y dialoga frecuentemente con Macri y con Moyano. El gobernador mantiene una fluida relación con los enemigos políticos del modelo "K". Inseguridad y manejo de las finanzas.

25 Junio 2012
El kirchnerista Daniel Scioli ocupa un lugar incómodo dentro de la estructura política del oficialismo. No sólo gobierna la provincia más grande de la Argentina, Buenos Aires -apetecida por muchos, por el peso político que tiene-, sino que es el vicepresidente primero del Partido Justicialista (PJ), por lo que su presencia en ambos sillones suma adhesiones y críticas, amores y odios variopintos.

El "tsunami" kirchnerista se precipitó con toda su fuerza sobre Scioli, cuando manifestó su interés de disputar la presidencia de la Nación 2015, un anuncio que no cayó bien a ningún "K", y menos a la jefa de Estado.

"No es tiempo de candidaturas", dijo, entre otros, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, sumándose a los que lanzaron críticas. "Este es un tiempo de Gobierno y no un trampolín de ambiciones individuales", dijo Domínguez.

De esta manera, el mandatario provincial se convirtió en un adversario dentro del poder gobernante, luego de haber sido el hombre de mayor confianza de Néstor Kirchner, hasta que se quejó porque no podía hacer mucho contra la inseguridad en su poderosa provincia.

Para colmo, los contactos políticos de Scioli con varios referentes opositores lo convirtieron en el más criticado por la presidenta, Cristina Fernández, y sus escuderos. Es que el ex motonauta dialoga fluida y reiteradamente con quienes la Casa Rosada considera sus enemigos políticos: Mauricio Macri (jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), Hugo Moyano (líder de la Confederación General del Trabajo), y Francisco de Narváez (referente del peronismo opositor), por nombrar a los dirigentes más destacados.

Prácticamente a diario, Scioli recibe duras críticas a sus políticas de boca de su vicegobernador, Gabriel Mariotto. También es atacado por Julio de Vido (ministro de Planificación Federal), Juan Manuel Abal Medina (jefe de Gabinete del Gobierno nacional), José Ottavis (senador bonaerense y líder de la juvenil formación kirchnerista "La Cámpora") y Aníbal Fernández (senador nacional), entre otros.

Incluso, el piquetero Luis D'Elía opinó que "Scioli es un neoliberal; es de los que dejaron a la Argentina con gran cantidad de fábricas cerradas y desocupados. El ocupó cargos importantes, comulgó con los '90 y no lo veo rectificarse de eso".

En un plazo de 30 días, legisladores oficialistas bonaerenses pidieron informes al gobernador que pertenece a su propia fuerza. El antecedente fue el requerimiento promovido por el presidente del bloque del FPV de la Cámara de Diputados, Juan de Jesús, sobre los vínculos contractuales entre la administración provincial y la empresa Boldt, acusada por el vicepresidente, Amado Boudou, de estar detrás de denuncias de corrupción en su contra.

Los "K" también le habían exigido a Scioli que rinda cuentas sobre los gastos de publicidad de su gestión. Y días pasados, se verificó el poder del kirchnerismo que logró vencer la resistencia de Scioli, al lograr sancionar por ley un paquete de medidas fiscales. Todo esto es indicativo del resquebrajamiento del oficialismo.

Respecto de sus contactos con Moyano, el gobernador fue calificado de "conspirador" por el presidente del bloque de diputados de Nuevo Encuentro en la Legislatura bonaerense, Adrián Grana, luego de que Scioli y Moyano compartieran un partido de fútbol. Grana dijo que "mientras la Presidenta gobierna lidiando con los poderes económicos internacionales", el mandatario provincial "juega al fútbol y especula con candidaturas".

Scioli no se calla

Pero el mandatario no sólo es criticado por sus vínculos políticos, sino también por sus dichos, porque Scioli no se quedó callado en todo este tiempo. "Diálogo y consenso entre los argentinos, son necesarios para que la Argentina pueda enfrentar la crisis económicas internacional", repitió varias veces el gobernador, recibiendo críticas por marcar las falencias políticas que tiene el modelo "K".

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios