Para pedir orden generaron un desorden infernal

Para pedir orden generaron un desorden infernal

Los taxistas presionaron hasta que los recibió el intendente.

PLAZA TOMADA. Cientos de taxis fueron llegando hacia el principal paseo público en señal de protesta. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA PLAZA TOMADA. Cientos de taxis fueron llegando hacia el principal paseo público en señal de protesta. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
Fue un infierno. Hubo tucumanos presos de sus propios conciudadanos. Hubo quien no pudo llegar a tiempo a su destino y otros que no lograron volver al hogar.
Se revivió una jornada que estaba guardada en el arcón de la memoria. Hacía años que la ciudad no estaba sitiada como ayer. Los taxistas no tuvieron ningún problema de hacerlo. Se olvidaron de que son un servicio público que debería contribuir al buen funcionamiento de las relaciones sociales.
Los taxistas no protestaron por un aumento; no pedían cambios en las ordenanzas ni tampoco taparon las calles por caprichos. Salieron a gritar su hartazgo porque no se cumple con la ley. Quieren que no haya autos truchos; que los vehículos ilegales no circulen más por las calles y que los tramposos que los administran no gocen de la impunidad. Pensar que el Sutrappa se creó para erradicar la ilegalidad. Todo ha vuelto a esa grosera anormalidad... Y los vecinos otra vez en el medio. ¡Cuánto tiempo, dinero y confianza perdidos!

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