Misión imposible

Estacionar mientras te están mirando es una odisea para el principiante.

03 Abril 2012
Mientras intentaba estacionar en la pista de aprendizaje, su mamá la interrumpía. "Es muy grande ese espacio Mili, tenés que hacerlo más chico porque en la calle nunca hay tanto espacio para estacionar". Bajo presión, es casi imposible aprender. Pero ella no se rindió y con excelente humor charló con LA GACETA para contar cómo van sus clases de manejo.

"Mi mamá no me tiene paciencia además me da mucho miedo la calle. Las motos y bicis que se cruzan por todos lados me generan inseguridad. Por eso vine acá para que me enseñen con más tranquilidad", contó Milagros Honrubio (24). Su hermana, es una de las instructoras de la fundación Conciencia al volante, pero durante las clases la trata como una alumna más. "Viniendo acá salgo a la calle más segura. Esta es mi séptima clase, cada una dura una hora o una hora y media, depende de si me salen o no los ejercicios. Si bien las primeras clases son tediosas, ahora ya estoy más canchera y mi meta es aprender a estacionar bien entre dos autos. Le llego a rayar el auto a mi mamá, ¡se arma!", bromeó Mili.

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